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Joan Salicrú

El nido de la vida

Estelí, en Nicaragua, cuenta con un nuevo equipamiento cívico financiado por el Ayuntamiento de Mataró

Quién-quién-ri-quién! Los 1.100 habitantes de Boris Vega, a Estelí, se quitan cada día gracias a esta forma de decir "Buenos días" que tienen los gallos. Después de ellos son las radiofórmulas latinoamericanas las que toman el relevo; durante todo el día ya no parará de salir reggaeton y otros ritmos de las ventanas de las casas del barrio. Son viviendas construidas por sus mismos habitantes, de planta baja, con condiciones precarias. "Si no lo has visto nunca puede parecer que está hecho una chapuza, pero la verdad es ha mejorado muchísimo. Ahora hay pocas, de casas de madera, por ejemplo", rememora Rafa Juncadella, bastón en mano y gorra a la cabeza para protegerse del solo. Este exsalesià de 79 años, de Sant Vicenç dels Horts, conoció Boris Vega por casualidad, un cuarto de siglo atrás. La barriada, ahora sin adoquinar y entonces sin luz ni agua corriente, era y es Cenicienta de la ciudad: escenario de luchas de calle entre bandas rivales, con el alcohol y la droga haciendo estragos... nadie quería ir a alfabetizar sus habitantes y Juncadella se prestó como voluntario. Desde 1986 ha vuelto una veintena a veces: "Engancha, estar aquí. "Boris Vega... eso sí que pega", digo a menudo en castellano", confiesa con una espléndida sonrisa de buen jan.

Cuando está se aloja en una pequeña habitación en la casa comunal, un espacio que ha quedado pequeño para acoger las crecientes actividades que organiza la Comisión del Barrio. Esto, junto con la necesidad de posibilitar el aprendizaje de varios oficios que den salida laboral a los jóvenes del barrio y los alejen de alcohol y drogas, es el que impulsaron el proyecto "Salvando el Nido": "Costó mucho parar la espiral de violencia de los años 90 y lo queríamos consolidar creando este nido, un nuevo hogar por los jóvenes de la zona", contextualiza Juncadella. La iniciativa se ha plasmado en la construcción del que se conoce como "el Nido", un edificio hexagonal financiado con una aportación de 77.000 euros del Ayuntamiento de Mataró a través de EPMA Solidaria –rama del Colectivo de teatro de Cerdanyola- así como del Comité de Solidaridad con Nicaragua de Nuevo Barrios.

Joan Antoni Ciller, de EPMA Solidaria, es un viejo conocido de Rafa Juncadella y el hombre que ha hecho posible la operación: hace 35 años se conocieron en el Centro Juvenil de los Salesians, donde Juncadella desplegó una tarea ingente en la promoción de adolescentes, entre los cuales Ciller. De forma que cuando el maestro, ahora hace tres años y medio, le habló de este proyecto, empezó a remover cielo y tierra para salirlo adelante. Después de muchas trabas el Nido ya es un hecho y a partir del mes de febrero se impartirán talleres de electricidad, soldadura, manualidades, costura y cerámica para una cincuentena de jóvenes. Mantener pero este flujo de actividad es el reto que la Comisión del barrio y EPMA Solidaria tienen delante. "Nosotros tenemos fe en que sabrán utilizar este dinero adecuadamente, pero el trabajo acaba de empezar", apunta Ciller.

"Salvando el Nido"
"A todo el barrio invito, a la inauguración del Nido". Es "la frase del día" sábado día 22, una tradición que Rafa Juncadella lleva a cabo cada mañana tan a Nuevo Barrios como Boris Vega enganchando una pequeña reflexión cotidiana a las fachadas de las casas –el día antes habrá sido "Son más sagradas las manos que ayudan que los labios que rezan"-. Para animar a venir los vecinos Juncadella también usa el megáfono. Al acto están presentes muchísimas familias del barrio, el alcalde de Estelí Ramon "Pancho" Valenzuela y una delegación de diez personas venida desde Mataró y Nuevo Barrios y encabezada por el regidor de Cooperación mataroní, Carlos Fernández. El grupo se ha propuesto comprometer la administración local en las mejoras que el barrio necesita. "La cooperación que hacemos no puede ser una excusa porque los gobiernos de estos países dejen de la mano de Dios los barrios que ayudamos", apunta Fernández.

El día anterior la vicealcaldessa Rosa Argentina Rugama ha recibido la delegación. El regidor mataroní ha sido muy claro: o Estelí se compromete con Boris Vega o el gobierno de Mataró "cerrará el grifo". La mandataria parece captar el mensaje, se compromete a adoquinar al menos dos calles del barrio y se muestra dispuesta a firmar un convenio de colaboración con Mataró. Unos días más tarde, a Boris Vega, hay también esperanzadoras palabras por parte de los vecinos del barrio. Durante la despedida a Rafa Juncadella, que vuelve a Barcelona, en Julio, a pesar de que vestido de payaso, pronuncia las palabras más serias de la tarde: "Nos pueden seguir ayudando desde España o cualquiera otro lugar pero el mejor favor que nos podemos hacer es ayudarnos a nosotros mismos". Unas palabras que, unos minutos después, ayudan el exsalesià a marchar en paz de la que ya es su segundo hogar. No sabe si podrá volver el año que viene, a Boris Vega, depende de la salud. De ganas de seguir transformando el barrio, pero, sobran. En todo caso deja relevo detrás suyo, cosa que sólo son capaces de hacer los auténticos líderes.
 





 

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