Después de haber pasado veinte años cerrado a las dependencias de la escuela, en Solo-Ixent -la figura de la escuela que lleva el mismo nombre- ha empezado una segunda vida gracias al latido de los padres del centro justo cuando se cumplen los veinticinco años de su nacimiento. Sábado, día 8, lo certificó con un pasacalle de aniversario por las calles del barrio de Cerdanyola.