Cada curso de la etapa escolar de un niño es importado para su educación y su aprendizaje. Pero hay determinados momentos que se viven de manera especial. Se trata de los grandes saltos a P3, Primaria y ESO, aquellos en que padres y alumnos tienen que afrontar los cambios que supone subir de nivel y sistema educativo y, en muchos casos, adaptarse también a nuevos centros y a nuevos compañeros.
"Te lo tienes que pensar muy bien en el momento en que eliges la escuela, guiarte mucho más por los contenidos y por el que no se ve que por el aspecto que tenga por fuera". Así lo explica a Anna Champer, madre de una niña de tres años que apenas ahora empieza P3 al GEM, una escuela donde ya tiene experiencia por sus otros dos hijos más grandes. "Una de las cosas que más preocupa es quienes será la maestra, puesto que es la persona con quien pasará más horas al día", apunta Anna, añadiendo que "es importante que la niña se adapte a la maestra y que se entiendan, así como al nuevo entorno".
Para que los más pequeños se puedan adaptar con más facilidad a la etapa escolar es importante que antes de empezar el curso los niños ya se vayan familiarizando con esta nueva vida desconocida para ellos. La clase, los compañeros y futuros amigos, los maestros… toda una serie de aspectos que la familia tiene que ir tirando saber al hijo. Así lo hace Anna, que explica como "las primeras semanas de septiembre nos acostumbramos a pasar con el coche por ante la escuela, hemos entrado y hemos visto la clase, le recordamos el nombre de la maestra…". Para ella es fundamental hacer estos ejercicios para ir acostumbrando a su hija y aproximarla al nuevo entorno con el objetivo de qué todo le sea más familiar: "Son pequeñas cosas sencillas pero que ayudan a darle un poco de seguridad". Por otro lado, los padres también saben que hay pequeños hábitos de sus hijos que tienen que ir dejando, como el hecho de dejar de hacer la siesta o sacarse el chupete. Cómo siempre, los expertos recomiendan que estos cambios se vayan tirando despacio y no todos de golpe.
La Primaria, etapa clave para el aprendizaje
El hijo mediano de Anna Champer tiene cinco años y este curso hará el salto de Educación Infantil a la Primaria, también al GEM. Ahora le toca adaptarse a un nuevo ambiente, tal como explica su madre: "Dentro de la escuela ya los han ido preparando y los han traído al nuevo edificio porque vean el entorno". Pero no sólo esto, también tiene que adecuarse a una nueva manera de estudiar. Y es que la Primaria es seguramente una de las etapas más importantes en la educación de los niños, donde aprenden y perfeccionan aspectos fundamentales de la escritura, la lectura o las matemáticas. "Es importante que durante el verano no hayan perdido mucho la rutina, que hagan ejercicios para recordar los números, escribir y repasar la letra, empezar a leer…", apunta Anna, que explica que una de las cosas que más prioriza en esta nueva etapa por su hijo es que le enseñen a leer bien y que le guste la lectura.
En la escuela Pia Santa Anna están matriculados los dos hijos de en Xavier Coll. Uno hará cuarto de Primaria y otro más pequeño que apenas ahora empezará el primer curso. "Hace ilusión porque ya dejan de ser tan niños, cuando hacen Infantil hacen muchos juegos y ahora ya empiezan a ser cuanto más homenets", explica en Xavier, recordando que "ahora empezarán con la lectura, tendrán más deberes y más responsabilidades". Cómo ya tiene la experiencia del primero y los compañeros de clase serán los mismos que a Infantil, lo vive con tranquilidad: "Él tiene ganas, hasta ahora lo ha seguido todo bueno y sólo tendrá que tener la adaptación normal que tienen que tener todos".
El gran salto a la ESO
El último gran salto en la etapa escolar obligatoria llega con la ESO. El paso de sexto de Primaria a primero de ESO es el cambio más destacado en cuanto a sistema de estudios y responsabilidades. Es aquí cuando el nivel aumenta, se introducen materias nuevas y más específicas, y el alumno, dependiendo de su ritmo, puede empezar a necesitar algún tipo de refuerzo. Además, en muchos casos, el paso de escuela a instituto también supone la adaptación en un nuevo centro escolar y a nuevos compañeros.
Es el caso de la Ola, una niña de 12 años que este año deja atrás la escuela Anxaneta para empezar primero de ESO al instituto Damià Campeny. Como el resto de niños en esta situación, las ganas de empezar van acompañadas de muchos nervios e intriga para saber cuáles serán los compañeros. "Tengo ganas de conocer gente nueva y todo el centro nuevo, pero a la vez estoy nerviosa para no saber qué me encontraré", explica la Ola, que apunta que ella tiene la suerte de ir con unas amigas de la escuela. A pesar de que confiesa tener un poco de miedo de que los estudios sean más difíciles, "empiezo con ganas, todo el mundo lo ha pasado esto y yo lo podré afrontar tranquilamente".Su madre, la Agit Baqué, sabe que los nervios son lógicos, que son procesos normales que tienen que seguir.
Menos cambio notará en Martí, un niño de 12 años que sigue a Santa Anna, donde ha cursado Educación Primaria, para empezar el primero cose de ESO. Por lo tanto, ya conoce a muchos de sus compañeros. "Él tiene ganas y está motivado, ya ha ido trucando a los amigos para saber con quienes irá a clase", explica su madre, Anna Navarro, que añade que "esto se los da cierta seguridad y el cambio no es tan brusco, el no saber con quien irá es más difícil". En cuanto a la exigencia de los estudios, en Martí siempre ha traído buenas notas a casa y, por lo tanto, confía en que se adaptará bien al nivel y a la dificultad. Aún así, su madre sabe que el volumen de trabajo aumentará y que "le tocará ser mucho más responsable de las tareas que tiene, puesto que nosotros no estaremos tanto detrás". Anna no lo duda: "El cambio lo afrontas con ganas e ilusión más que con miedo, es positivo".
"Te lo tienes que pensar muy bien en el momento en que eliges la escuela, guiarte mucho más por los contenidos y por el que no se ve que por el aspecto que tenga por fuera". Así lo explica a Anna Champer, madre de una niña de tres años que apenas ahora empieza P3 al GEM, una escuela donde ya tiene experiencia por sus otros dos hijos más grandes. "Una de las cosas que más preocupa es quienes será la maestra, puesto que es la persona con quien pasará más horas al día", apunta Anna, añadiendo que "es importante que la niña se adapte a la maestra y que se entiendan, así como al nuevo entorno".
Para que los más pequeños se puedan adaptar con más facilidad a la etapa escolar es importante que antes de empezar el curso los niños ya se vayan familiarizando con esta nueva vida desconocida para ellos. La clase, los compañeros y futuros amigos, los maestros… toda una serie de aspectos que la familia tiene que ir tirando saber al hijo. Así lo hace Anna, que explica como "las primeras semanas de septiembre nos acostumbramos a pasar con el coche por ante la escuela, hemos entrado y hemos visto la clase, le recordamos el nombre de la maestra…". Para ella es fundamental hacer estos ejercicios para ir acostumbrando a su hija y aproximarla al nuevo entorno con el objetivo de qué todo le sea más familiar: "Son pequeñas cosas sencillas pero que ayudan a darle un poco de seguridad". Por otro lado, los padres también saben que hay pequeños hábitos de sus hijos que tienen que ir dejando, como el hecho de dejar de hacer la siesta o sacarse el chupete. Cómo siempre, los expertos recomiendan que estos cambios se vayan tirando despacio y no todos de golpe.
La Primaria, etapa clave para el aprendizaje
El hijo mediano de Anna Champer tiene cinco años y este curso hará el salto de Educación Infantil a la Primaria, también al GEM. Ahora le toca adaptarse a un nuevo ambiente, tal como explica su madre: "Dentro de la escuela ya los han ido preparando y los han traído al nuevo edificio porque vean el entorno". Pero no sólo esto, también tiene que adecuarse a una nueva manera de estudiar. Y es que la Primaria es seguramente una de las etapas más importantes en la educación de los niños, donde aprenden y perfeccionan aspectos fundamentales de la escritura, la lectura o las matemáticas. "Es importante que durante el verano no hayan perdido mucho la rutina, que hagan ejercicios para recordar los números, escribir y repasar la letra, empezar a leer…", apunta Anna, que explica que una de las cosas que más prioriza en esta nueva etapa por su hijo es que le enseñen a leer bien y que le guste la lectura.
En la escuela Pia Santa Anna están matriculados los dos hijos de en Xavier Coll. Uno hará cuarto de Primaria y otro más pequeño que apenas ahora empezará el primer curso. "Hace ilusión porque ya dejan de ser tan niños, cuando hacen Infantil hacen muchos juegos y ahora ya empiezan a ser cuanto más homenets", explica en Xavier, recordando que "ahora empezarán con la lectura, tendrán más deberes y más responsabilidades". Cómo ya tiene la experiencia del primero y los compañeros de clase serán los mismos que a Infantil, lo vive con tranquilidad: "Él tiene ganas, hasta ahora lo ha seguido todo bueno y sólo tendrá que tener la adaptación normal que tienen que tener todos".
El gran salto a la ESO
El último gran salto en la etapa escolar obligatoria llega con la ESO. El paso de sexto de Primaria a primero de ESO es el cambio más destacado en cuanto a sistema de estudios y responsabilidades. Es aquí cuando el nivel aumenta, se introducen materias nuevas y más específicas, y el alumno, dependiendo de su ritmo, puede empezar a necesitar algún tipo de refuerzo. Además, en muchos casos, el paso de escuela a instituto también supone la adaptación en un nuevo centro escolar y a nuevos compañeros.
Es el caso de la Ola, una niña de 12 años que este año deja atrás la escuela Anxaneta para empezar primero de ESO al instituto Damià Campeny. Como el resto de niños en esta situación, las ganas de empezar van acompañadas de muchos nervios e intriga para saber cuáles serán los compañeros. "Tengo ganas de conocer gente nueva y todo el centro nuevo, pero a la vez estoy nerviosa para no saber qué me encontraré", explica la Ola, que apunta que ella tiene la suerte de ir con unas amigas de la escuela. A pesar de que confiesa tener un poco de miedo de que los estudios sean más difíciles, "empiezo con ganas, todo el mundo lo ha pasado esto y yo lo podré afrontar tranquilamente".Su madre, la Agit Baqué, sabe que los nervios son lógicos, que son procesos normales que tienen que seguir.
Menos cambio notará en Martí, un niño de 12 años que sigue a Santa Anna, donde ha cursado Educación Primaria, para empezar el primero cose de ESO. Por lo tanto, ya conoce a muchos de sus compañeros. "Él tiene ganas y está motivado, ya ha ido trucando a los amigos para saber con quienes irá a clase", explica su madre, Anna Navarro, que añade que "esto se los da cierta seguridad y el cambio no es tan brusco, el no saber con quien irá es más difícil". En cuanto a la exigencia de los estudios, en Martí siempre ha traído buenas notas a casa y, por lo tanto, confía en que se adaptará bien al nivel y a la dificultad. Aún así, su madre sabe que el volumen de trabajo aumentará y que "le tocará ser mucho más responsable de las tareas que tiene, puesto que nosotros no estaremos tanto detrás". Anna no lo duda: "El cambio lo afrontas con ganas e ilusión más que con miedo, es positivo".