Arenas

Joaquim Arenas

Pedagogo

Quien no quiera polvo, que no vaya a la era

Desde que el hombre es hombre, moral y sexualidad han sido fuertemente vinculadas. Es imposible hablar de relaciones entre hombres y mujeres o entre homosexuales ignorando la sexualidad. Ciertamente, la sexualidad es un instinto animal poderoso pero es también una cultura humana extraordinariamente variada, una moral social, que supone un lenguaje, unas reglas. Cómo va como explicar tan bien el pensador francés .Barreau.

De hace tiempo, pero, a la vieja Europa, las antiguas reglas morales, que reglamentaban los intercambios sexuales en las civilizaciones tradicionales, han sido más bien arrinconadas.

El cristianismo en sus principios no era ni beato ni purità. En el Evangelio, que de hace tiempo que considera que can leer como el código de la libertad, sehabla muy poco de sexo. Jesús sabía que la peor prostitución no es la de los cuerpo.

También mucho al principio, unos años más acá pero, el cristianismo fue afectado por una sexualidad rechazada que implantó una moral represiva y de culpabilidad. De todo sederiva el refús liberador de una cierta moral sexual incluso en su cariz más afín.

La sexualidad no es tan sólo un recurso neutro. Su uso puede tener por resultado el mejor y el peor. La ley que tendría que guiar su uso es la del respecto al otro, no considerarlo nunca como un mero instrumento.

El amable lector se puede preguntar horas de ahora, ¿ a que viene todo a esta reflexión sobre la sexualidad salvo refrescar la memoria en una cuestión siempre tan vigente ?.

Pues, han suscitado esta reflexión de entrada, las palabras del arzobispo de Valencia, el cardenal Cañizares cuando ha dicho que el imperio gay y el feminismo destructor, según su criterio, han emprendido una escalada contra el bien preciado de la familia cristiana.

El mencionado cardenal profirió estas palabras justamente la vigilias antes del Día Internacional contra la Lesbofòbia, Homfòbia, la Transfòbia y la Biofòbia y todo ello coincidiendo con la jornada en la cual la policía municipal de Valencia recordó que el País Valenciano es la tercera autonomía del estado español con más delitos de odio denunciados por la orientación sexual de la víctima, según informa el diario Levante.

El cardenal añade aunque el anomenda ideología de género se esconde en orientaciones y legislaciones que traen la sociedad a una subversión en toda regla, a una revolución cultural de consecuencias destructivas de un alcance inconmensurable para el futuro del hombre y de la sociedad.

La actitud y expresión de un purpurat de laiglesia católica, lejos de acometer contra ciertos colectivos de los los cuales se puede disentir, nos parece que tiene que mostrar respeto por todas la situaciones humanas, que es tanto como decir para todos los hombres y mujeres que Dios ha creado cómo son.

Otra cosa es considerar con amplitud de miras y expresar con palabras no ofensivas la doctrina de la Iglesia la cual actualmente no manifiesta actitudes ni opiniones afrontoses sobres la cuestión..

Cañizares había sido propuesto, según se llama, para ocupar la sede episcopal de Barcelona a instancia del gobierno español. Él siempre se ha mostrado partidario acèrrim de la unidad de España. Sortosament no se consolidó el nombramiento. Pero ha restado titular de un obispado que se ubica en los Países Catalanes.

La irritación del cardenal en cuestión ha llegado a su culminación cuando en motivo de un futuro encuentro de los colectivos homosexuales en Valencia se ha plasmado una imagen pictórica con al Virgen María de Montserrat y la Virgen de los Desamparados dándose un beso a la boca. Sin duda es una provocación inaceptable porque puede ofender en el mundo católico y la devoción que el pueblo en general rinde a la representación de la Virgen Maria.

Estamos convencidos que esta expresión extrema e irreverente no se hubiera producido sin el trato desmesurado que, no sólo Cañizares, sino también alguna otra jerarquía española, ha otorgado a los conjunto de homosexuales. Quien no quiera polvo, que no vaya a la era.

Qué contraste de pensamiento y de forma con la de su antecesor a la sede valenciana, el obispo Osoro y del mismo papa Francesc noblemente y peligrosamente reinando.

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