José Juárez visitó la semana pasada Mataró para mantener una nueva ronda de contactos con el Grupo Tercero Mundo, la asociación que tiene la concesión de La Pescadería y con quien tienen un acuerdo de collaboració gracias al cual abrieron una cafetería el 1998.
El primer establecimiento de La Selva en Europa se abrió en Mataró hace siete años. Cómo valora la experiencia?
Pues pienso que tenemos que diferenciar dos aspectos. El establecimiento de un local de este tipo era un ensayo; creíamos que no se trata sólo de que funcione bien sino de aprender los gustos de la gente. Nos ha faltado un poco de consistencia para hacer este aprendizaje, no hemos cumplido los objetivos previstos, tampoco a nivel económico. Nuestro proceso de aprendizaje ha sido lento y todavía lo tenemos que redondear. Nuestro objetivo, de todos modos, no es hacer negocio, sino el desarrollo local de nuestras comunidades.
Cuál es el otro aspecto al que se refería?
El otro es que el establecimiento de este local de alguna manera era un pretexto para tener un vínculo más fuerte con promotores del Comercio Justo aquí en Mataró. En este sentido, gracias a haber encontrado una contrapart entusiasta como el Grupo Tercero Mundo, la cosa ha ido muy bien, porque hemos hablado mucho. Hemos ido más allá del que inicialmente preveíamos. Por otra parte, el reto de abrir el establecimiento ha servido mucho porque las mujeres se incorporaran a la toma de decisiones de la cooperativa. Esto ha sido fabuloso.
Qué quiere decir? Hasta ahora no trabajaban juntos?
El papel de las mujeres en el proyecto de La Selva seis meses antes de la llegada en Mataró era prácticamente marginal. En el momento de la implantación de esta cafetería coincidió con el momento de expansión de la cooperativa. Y esto nos obligó a atender juntos los problemas. Era importante hacer Comercio Justo pero también consolidar el papel de las mujeres como actores del desarrollo.
El 2002 la ONU decidió otorgarlos a ustedes un premio.
Sí. Esto del premio tiene relevancia en cuanto que es un reconeixment de que el que estamos haciendo tiene sentido, no porque estemos haciéndolo bien, necesariamente. El premio se nos dio en el marco de la conferencia de Desarrollo Sostenible celebrado en Johannesburgo. No era lo entrega de un Oscar sino una manera de identificar algunos esfuerzos que tuvieran algo a aportar porque comunidades pobres, marginales, tuvieran un pequeño referente para resolver sus problemas. Nos interesa ser una organización social que aproveche los recursos sin destruirlos, utilizar el comercio como un sistema de desarrollo y en la parte financiera hacer que los proyectos sean sostenibles, no depender de subsidios externos.
Pero vuestro proyecto es exitós porque muchas familiasviven, no? Tenéis 1.500 socios repartidos en cuarenta comunidades...
Está en la línea de ser exitós. Es como una liga donde un día ganas y el atre pierdes. En todo caso es el resultado no de un grupo de gente muy trabajadora o muy lista sino del conjunto de esfuerzos de la gente, incluyendo también la persona que se toma una taza de café, que parece que no es nada. El que nos pasa allá es que la gente allá del campo trabaja mucho pero no siempre las experiencias funcionan. En este caso lo hemos sapigut hacer de forma que todos estos esfuerzos sirvieran para mejorar las condiciones de vida de la gente. Este es el gran éxito. A veces el que compra el café debe de pensar: porque comprarme una taza de café... pues bien es verdad que si que sirve, mucho. Valen la pena todos estos esfuerzos. Los diez o quince céntimos que pagas de más sirven de mucho.
Actualmente cuántas cafeterías La Selvahan abiertas por todas partes?
Ahoratenemos 21 -que en realidad son un tipo de franquicias- y nuestro proyecto es llegar hasta las 35, no muchas más. O sea que en diez añosabriríamos cinco. Estamos rediseñando nuestro plan de expansión para crecer algo más muy estructuradas, implantadas al lugar donde toca. La más antigua la abrimos a Coyoacán, en la capital, el 1995. La más grande es la de San Cristóbal, que la abrimos el febrero de 1997.
Pero la de Mataró sigue siendo la única europea. Sí, pero tenemos dos otros proyectos al Viejo Continente. Abrir un espacio en una bodega a Rotterdam, donde tenemos un punto de distribución. El otra proyecto está en Burdeos, en Francia, en collaboració con un grupo de estudiantes, universitarios. No será sólo una cafetería, sino también un centro de distribución de nuestro café y también un espacio de cooperación para salir adelante proyectos comunes.
El que está claro que ha cambiado en estos siete años es el conocimiento sobre la filosofía del Comercio Justo. Ahora se ha hecho absolutamente popular.
Si, si, sin duda. Ha habido la fortuna que este movimiento ha tenido una aceptación im trayendo. La gente ya sabe de qué va y tienen una percepción positiva. De todos modos, esto no se ha traducido en acciones más concretas.
Con que la gente compre, vaya.
Si, y que se involucren, como pasa en Alemania y en Holanda, que son los lugares donde vendemos más, sobre todo en el primer país. No es nada para lamentarse sino el proceso natural. Tenemos que facilitar también las cosas a la gente para que la gente realmente nos compre. Tenemos un gran reto en esto.
Han conseguido comercializar sólo a partir de los criterios del Comercio Justo?
No, desgraciadamente no vendemos todo el café a través del sistema del Comercio Justo, vendemos entre el 40 y el 57%. Dependemos, también, por lo tanto, de la sube y baja de precio del café a nivel mundial. El que pasa es que el pequeño productor siempre lucha para tener el mejor precio posible y si este mejor precio te lo da una entidad que no sea la cooperativa... el productor está entre la espada y la pared. Tampoco se puede ser tan rígido, con los criterios. Es una situación difícil al cual tenemos que buscar una salida. El hecho es que cuatro o cinco empresas controlan el 80% del mercado mundial del café. Y juegan a especular con el precio.
Actualmente qué parte del mercado mundial del café se hace con los principios del Comercio Justo?
El 3 o el 4 por ciento. A nivel global es poco pero por las cooperativas que lo están haciendo es mucho. Pero de todos modos el precio no hay el activo más importante del Comercio Justo sino la posibilidad que nos ha dado de comercializar directamente nuestros productos.
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Cambio de imagen
La primera vez que José Juárez fue visto en público en Mataró era el marzo de 1998, cuando se inauguró el Centro de Cooperación y Solidaridad La Pescadería. Aquel día lucía una cabellera y una vestimenta muy propia de los indígenas de Chiapas. Ahora, en cambio, viste a la europea y está plenamente integrado en las nuevas tecnologías. Una pequeña muestra de la evolución que van tirando estas pequeñas comunidades cafeteres gracias al sistema del Comercio Justo.
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