Una primera esmaixada que Raonic devolvía cómo podía y una segunda, este golpe, imposible para el croata. El punto decisivo que permitía a Albert Ramos ganar por tres sets a cero a un Top 10 y acceder, por primera vez, a los cuartos de final de un Grand Slam, algo impensable por un número 55 del mundo, se traducía con un grito de alegría y alliberació mientras la gente de la pista parisina se levantaba y lo aplaudía con una sonrisa. Muchos, probablemente, no sabían quién era el tenista mataroní, pero compartían con él aquella empatía que el forofo acostumbra a tener con el que no es favorito. Con el que da la agradable sorpresa que hace que el deporte, sea qué sea, tenga aquel punto de incertidumbre y de magia donde todo puede pasar.
Pero la victoria de Ramos no es un golpe de suerte o algo casual. El tenista mataroní, especialista en tierra batida, ya ha competido en muchos enfrentamientos con jefas de serie y alguna sorpresa, que le digan a Federer, ya había conseguido en el pasado. Hasta ahora, pero, nada comparable a Roland Garros. "No sé porque aquí se dan estos resultados, yo sigo entrenando llevar como siempre", afirmaba en declaraciones a Eurosport. Precisamente por este trabajo constante, siempre al mismo ritmo hubieran bonos o malos resultados, estos momentos acaban llegando.
"Soy un chico normal que le gusta estar en Mataró, con la xicota y los amigos, ninguna cosa extraña", añade. Un chico normal que, eso sí, todo el mundo conoce en París desde el pasado domingo. Y que se encuentra ente los ocho mejores del torneo más importante sobre tierra batida. Aquel donde reinaba hasta no hace demasiado el mejor tenista español de la historia, Rafa Nadal. Ramos toca de pies a tierra, recordando también que "no siempre tendré resultados como este, por eso seguiré entrenando y cuidándome cómo hasta ahora", la fórmula precisamente que lo ha traído a estar de actualidad.
"Soy un chico normal que le gusta estar en Mataró, con la xicota y los amigos, ninguna cosa extraña"
Martes tocará Wawrinka, actual número 4 del mundo y un jugador "muy potente" que ya ganó en Gibraltar al tenista mataroní por dos 6-1. Pero en el deporte nunca se sabe. Y Ramos intentará aprovechar, desde su normalidad, el estado de gracia en el que se encuentra.