Me llamo Bibiana Zariquiey, soy arquitecta de profesión y ahora hace nuevo meses que decidí cumplir uno de los sueños que siempre he tenido, ir a vivir en Austria. Compré un billete de avión de sólo ida y el primero de Mayo llegué a la ciudad de Innsbruck, la capital de la región austríaca del Tirol. Los inicios no fueron muy buenos, no sabía alemán (ni austríaco ni tirolès, los dialectos propios de la región), pero de seguido encontré un lugar para vivir en una casa compartida y un trabajo temporal para sobrevivir en un restaurante. No me costó nada hacer amistades y encajar entre esta sociedad aprendiendo su cultura y su manera de hacer.
Sí es cierto que Innsbruck se encuentra en un valle muy cerrado, donde reina la tradición y las costumbres antiguas y la mentalidad (sobre todo de la gente mayor) es forca cerrada, hecho que me hizo notar al principio un cierto "distanciamiento" cabe los inmigrantes, como yo. Ahora bien, también es cierto que Innsbruck es ciudad universitaria lo qué le da otra atmósfera, más juvenil y activa.
Actualmente estoy trabajado en un despacho de arquitectura (Sphere) que depende de una gran ingeniería con sucursales en Viena, Budapest, Munich, etc. y he alquilado un pequeño piso de 30m2 justo al centro que comparto con mi pareja, quien hace dos meses vino a continuar esta aventura conmigo.
El qué me empujó a la elección de la cuitat fue su entorno natural. Soy una amante incondicional de la escalada y el alpinismo e Innsbruck es el mejor destino dentro de Austria para poder practicar estas actividades. Una de las cosas que más il•lusió me ha hecho es subir el pico Hafelekar (2256m). Fue toda una "excursión". Desde la ventana de casa veo toda la Nordkette (la cordillera norte) y cuando almuerzo siempre pienso al subir un de estos picos que nos rodean... pues decidí envalentonar-me ... así que desde la puerta de casa subí al pico y volví .. todo a pie! Es increíble como está la natura tanto cerca... es una de las cosas que me hacen estimar tanto esta cuitat! Ahora que empieza l´invierno, una de las actividades después del trabajo es ir a hacer esquí de montaña. Aquí se cumple el horario europeo, es decir, y a las 6 de la tarde se pliega de trabajar y se cierran todas las tiendas. Entonces la gente coge los esquíes, las llinternes frontales y sube montaña arriba para después hacer un descenso con vistas nocturnas de la ciudad. Es muy bonito!
Desde aquí, animo a todos aquellos que tengan el cuquet de aventurarse en otro país, puede ser que el inicio no sea sencillo, pero vale la pena luchar por los sueños, la recompensa es gigante! Un abrazo de nieve de una capgrossa innsbruckiana.
Sí es cierto que Innsbruck se encuentra en un valle muy cerrado, donde reina la tradición y las costumbres antiguas y la mentalidad (sobre todo de la gente mayor) es forca cerrada, hecho que me hizo notar al principio un cierto "distanciamiento" cabe los inmigrantes, como yo. Ahora bien, también es cierto que Innsbruck es ciudad universitaria lo qué le da otra atmósfera, más juvenil y activa.
Actualmente estoy trabajado en un despacho de arquitectura (Sphere) que depende de una gran ingeniería con sucursales en Viena, Budapest, Munich, etc. y he alquilado un pequeño piso de 30m2 justo al centro que comparto con mi pareja, quien hace dos meses vino a continuar esta aventura conmigo.
El qué me empujó a la elección de la cuitat fue su entorno natural. Soy una amante incondicional de la escalada y el alpinismo e Innsbruck es el mejor destino dentro de Austria para poder practicar estas actividades. Una de las cosas que más il•lusió me ha hecho es subir el pico Hafelekar (2256m). Fue toda una "excursión". Desde la ventana de casa veo toda la Nordkette (la cordillera norte) y cuando almuerzo siempre pienso al subir un de estos picos que nos rodean... pues decidí envalentonar-me ... así que desde la puerta de casa subí al pico y volví .. todo a pie! Es increíble como está la natura tanto cerca... es una de las cosas que me hacen estimar tanto esta cuitat! Ahora que empieza l´invierno, una de las actividades después del trabajo es ir a hacer esquí de montaña. Aquí se cumple el horario europeo, es decir, y a las 6 de la tarde se pliega de trabajar y se cierran todas las tiendas. Entonces la gente coge los esquíes, las llinternes frontales y sube montaña arriba para después hacer un descenso con vistas nocturnas de la ciudad. Es muy bonito!
Desde aquí, animo a todos aquellos que tengan el cuquet de aventurarse en otro país, puede ser que el inicio no sea sencillo, pero vale la pena luchar por los sueños, la recompensa es gigante! Un abrazo de nieve de una capgrossa innsbruckiana.