Espectáculo dantesc el que protagonizaron ayer al Municipal de deportes el CE Mataró y la Europa. Dos equipos en horas bajas que aburrieron durante más de una hora y que acabó con victoria de los escapulats gracias a un gran gol de David Royo. Los mataronins encajan otra derrota que los continúa dejando en zona de nadie, a pesar de que una mala racha de resultados y el descenso compensado podría complicar la existencia de los amarillo-y-negros a la tercera división.
El partido empezó con muchas imprecisiones por parte de los dos equipos, que estuvieron toda la primera parte sin hacer ningún chut con peligro a portería. El Mataró, con tres centrales y Manolo como centrocampista de corte por delante, sólo llegaba con cierta claridad gracias a las internadas de Kiku, ayer algo más avanzado que de costumbre. Así, un remado forzado de Molina ante la salida del portero visitando fue la única oportunidad de peligro de los locales.
Por su parte, El Europa sólo chutó en una ocasión, cuando Fernando, exgroc-y-negro, intentaba sorprender, sin éxito, a Miguel ángel desde el medio del campo. El '7' gracienc, muy enganchado a la banda izquierda, demostró ayer estar muy lejos del altísimo nivel que mostró la temporada pasada organizando el centro del campo mataroní.
La segunda parte estuvo más movida, a pesar de que la tónica general, de dos equipos sin alma, se mantenía latente sobre el terreno de juego. La entrada de Pacheco dio otro aire en el Mataró, pero esto nueva ser suficiente, y fue la Europa, mediante Villanueva, quien en un error de Amate pudo marcar, pero su chut fue fuera incomprensiblemente. Diezmara, con el ánimo de salvar en el Mataró de esta grisor, envió la pelota al palo después de un excelente tiro libre en la mejor oportunidad de los mataronins.
Siete minutos después, el Europa sacava de banda, y David Royo, con una media vuelta, se entregaba del pasivo marcaje de Manolo, y ante Sauras, engaltava un fuerte chut al palo largo de la portería de Miguel Angel. Un auténtico golàs que animó el partido. El CE Mataró va apretar con varias internadas de Kiku que no encontraban rematador, con un gran chut de Sauras que se fue rozando el palo por poco, y con una falta de Kiku sobre la hora que salió demasiado alta, pero el resultado, un golpe más, ya no se movió.
El partido empezó con muchas imprecisiones por parte de los dos equipos, que estuvieron toda la primera parte sin hacer ningún chut con peligro a portería. El Mataró, con tres centrales y Manolo como centrocampista de corte por delante, sólo llegaba con cierta claridad gracias a las internadas de Kiku, ayer algo más avanzado que de costumbre. Así, un remado forzado de Molina ante la salida del portero visitando fue la única oportunidad de peligro de los locales.
Por su parte, El Europa sólo chutó en una ocasión, cuando Fernando, exgroc-y-negro, intentaba sorprender, sin éxito, a Miguel ángel desde el medio del campo. El '7' gracienc, muy enganchado a la banda izquierda, demostró ayer estar muy lejos del altísimo nivel que mostró la temporada pasada organizando el centro del campo mataroní.
La segunda parte estuvo más movida, a pesar de que la tónica general, de dos equipos sin alma, se mantenía latente sobre el terreno de juego. La entrada de Pacheco dio otro aire en el Mataró, pero esto nueva ser suficiente, y fue la Europa, mediante Villanueva, quien en un error de Amate pudo marcar, pero su chut fue fuera incomprensiblemente. Diezmara, con el ánimo de salvar en el Mataró de esta grisor, envió la pelota al palo después de un excelente tiro libre en la mejor oportunidad de los mataronins.
Siete minutos después, el Europa sacava de banda, y David Royo, con una media vuelta, se entregaba del pasivo marcaje de Manolo, y ante Sauras, engaltava un fuerte chut al palo largo de la portería de Miguel Angel. Un auténtico golàs que animó el partido. El CE Mataró va apretar con varias internadas de Kiku que no encontraban rematador, con un gran chut de Sauras que se fue rozando el palo por poco, y con una falta de Kiku sobre la hora que salió demasiado alta, pero el resultado, un golpe más, ya no se movió.