La primera victoria todavía no llega. El Juventud Balonmano Mataró tenía sábado una complicada salida en Sarriá del Ter, un rival llamado a estar a la parte alta y uno de los desplazamientos más difíciles de toda la temporada. La derrota en la primera jornada ante El Vendrell colocaba más presión en esta salida, donde los mataronins estuvieron a punto de dar la sorpresa. La derrota 33-31 llegó precedida de un primer tiempo espléndido de los de Héctor Del Pino, que marcharon con seis goles de ventaja al descanso. El equipo no pudo mantener el nivel en la reanudación, se encontraron con un portero local espectacular –como Nacho Raluy lo había estado a la primera- y acabaron claudicant.
El partido empezó con un Juventud lanzado ante un rival indeciso, por debajo del que se esperaba. Los extremos, con Teti al frente, estuvieron muy acertados, y los primeros parciales (0-3, 5-10) hacían creer en que la victoria sería posible. Pedragosa demostraba la calidad de su fichaje (seis goles) y Sergi Rodríguez volvía a ser el cañonero de siempre. Esto, sumado a Nacho Raluy –se lo encontró mucho a faltar en la primera jornada- hicieron que a la media parte se ganara 13-19. Pero las sensaciones contradictorias de los atacantes del Sarriá se traspasaron a los mataronins en la reanudación.
El equipo de De el Pino vio como su ventaja se iba reduciendo mica en mica. El portero local empezó a parar todo el que Raluy había hecho a la primera parte, y con el 20-23 a diez minutos por el final quedaba claro que se tendría que sudar de lo lindo para intentar mantener la victoria. Siete minutos después, la diferencia era de dos goles, y el empate no tardó mucho al llegar (27-27). A cinco minutos por el final, Khaled puso por delante a los locales por primera vez, y ya no dejarían de estarlo. Finalmente, los mataronins vieron como se los escapaba una gran ocasión, y siguen sin ganar después de dos jornadas ligueras.
La próxima jornada, el sábado a las 18.00h, los mataronins recibirán la visita del Gavà, un rival que tendría que ser propicio por los mataronins para conseguir su primera victoria de la temporada.
El partido empezó con un Juventud lanzado ante un rival indeciso, por debajo del que se esperaba. Los extremos, con Teti al frente, estuvieron muy acertados, y los primeros parciales (0-3, 5-10) hacían creer en que la victoria sería posible. Pedragosa demostraba la calidad de su fichaje (seis goles) y Sergi Rodríguez volvía a ser el cañonero de siempre. Esto, sumado a Nacho Raluy –se lo encontró mucho a faltar en la primera jornada- hicieron que a la media parte se ganara 13-19. Pero las sensaciones contradictorias de los atacantes del Sarriá se traspasaron a los mataronins en la reanudación.
El equipo de De el Pino vio como su ventaja se iba reduciendo mica en mica. El portero local empezó a parar todo el que Raluy había hecho a la primera parte, y con el 20-23 a diez minutos por el final quedaba claro que se tendría que sudar de lo lindo para intentar mantener la victoria. Siete minutos después, la diferencia era de dos goles, y el empate no tardó mucho al llegar (27-27). A cinco minutos por el final, Khaled puso por delante a los locales por primera vez, y ya no dejarían de estarlo. Finalmente, los mataronins vieron como se los escapaba una gran ocasión, y siguen sin ganar después de dos jornadas ligueras.
La próxima jornada, el sábado a las 18.00h, los mataronins recibirán la visita del Gavà, un rival que tendría que ser propicio por los mataronins para conseguir su primera victoria de la temporada.