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Ingrid Donoso, un año haciendo la vuelta en el mundo

Testigos de mataronins que viven en el extranjero

Me llamo Ingrid Donoso Cañete. Vivo y trabajo en Mataró. Soy psicóloga y trabajo como coordinadora del Club Social Tú Eliges a la Fundación privada Funamment que col•labora con la asociación de familiares de enfermos mentales del maresme.

Marché el 6 de enero a hacer la vuelta al mundo. Un amigo hacía años que decía que lo haría y cuando llegó el momento vi que porque no lo podía hacer yo, puesto que me gustaba tanto viajar. Y así fue, pedí una excedencia de un año. Iniciamos el viaje el 6 de enero. El recorrido fue: Etiopía, Omán, Australia, Tasmania, Nueva Zelanda, Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos, Myanmar, Nepal, China, Mongolia, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina y llegamos el 18 de diciembre.

El que más destacamos de este viaje es la experiencia de conocer la gente y su cultura. Por eso utilizamos mucho el couchsurfing que se trata de dormir gratuitamente en casa de la gente que te ofrece una cama o un sofá. Ahorrar a veces no lo haces mucho porque acabas haciendo cenas españolas para la gente o invitándolos fuera, pero la experiencia es increíble porque te ayudan mucho, te sientes como casa (así se agradece mucho durando un año) e intercambias muchas experiencias.

El que más me ha sorprendido de mi viaje ha sido que en vez de valorar más el que he visto, valoro más las personas que he conocido durando y el trato exquisito que hemos tenido.
No he querido estar muy conectada ni a las noticias del país ni de la ciudad. Quería desconectar totalmente y disfrutar.

Hay muchos contrastes con los diferentes países, sobre todo con África y Asia que son los continentes más subdesarrollados. Los contrastes son diferentes porque son países pobres y también las costumbres.

Anécdotas tengo muchas, las más divertidas de China. Allá es muy difícil encontrar alguien que hable en inglés así que según donde vayas todo está en chino: los trenes, buses, la comida... es un país difícil para viajar solo porque tienes que salir a la calle a buscar en alguien que hable inglés para poder comprar un billete de tren. Incluso entrabas a los hoteles de 4 estrellas a preguntar algo y...no hablaban inglés!
Es bastante sorprendiendo que aquí no hablen inglés y que en cambio en Myanmar que es un país que hace poquet que ha abierto fronteras puedas comunicarte mucho mejor. En este país quedamos sorprendidos de la amabilidad de la gente, ningún interés económico como el resto de Asia.

A Etiopía un hombre nos paró por la calle para invitarnos a la ceremonia del café a casa suya. Y en una casa de 4 metros cuadrados nos invitó a tomar 3 cafés (cómo es la tradición) hechos en el momento...buenísimos!!!