"Nunca llegué a ser profesional, pero soy un privilegiado de la bicicleta: me ha dado salud y amigos, que es lo más importante en la vida". Jordi Vales, a sus 86 años, sigue saliendo a pedalear a menudo y hace gala de una larga lista de competiciones amateurs y de mil batallas ciclistas en las que ha tomado parte. A su lado hay Josep Bruguera, otro veterano con una obsesión desmedida por la bicicleta: a lo largo de su vida ha recorrido unos 700.000 kilómetros sobre dos ruedas. "Sería como dar la vuelta al mundo 10 veces!", Exclama, mientras muestra una foto del trofeo acreditativo que le regaló la Federación Catalana de Ciclismo. Vales y Bruguera conversan desde uno de los lugares de Mataró que más alegrías, y también disgustos, los ha dado como vecinos y ciclistas de la ciudad: el Velódromo, junto al Parque Central.
Muchos mataronenses no son conscientes de que en la ciudad hay una joya de la categoría del Velódromo, un equipamiento único a nivel estatal que lleva demasiados años languidece y no se pone en valor. Nada que ver con su época dorada, a mediados del siglo XX, cuando algunos de los mejores ciclistas del mundo hay rodaban menudo. "Te lo miras ahora y, si lo comparas con los tiempos gloriosos, duele verlo así" explica Bruguera. Él y Vales son miembros históricos del Deporte Ciclista Mataró y el Club Ciclista Iluro, los dos clubes históricos de la ciudad. Los mismos que, después de demasiados años de fricciones y mal ambiente, han decidido por fin unirse para dar un nuevo impulso al Velódromo y al ciclismo mataroní.
"Hace mucho tiempo que se debería haber hecho esta unión, pero los malos rollos existentes lo fueron impidiendo", apunta Vales. "Nunca es demasiado tarde" añade Bruguera. Ellos dos son el testimonio vivo de la rica historia y tradición ciclista de Mataró, de la que han tomado el relevo Lucas Romera y Isma Carrete, actuales presidentes del Deporte Ciclista Mataró y del Club Ciclista Iluro, respectivamente. "El ciclismo es muy competitivo, los corredores lo llevan en la sangre; esto se acababa trasladando los clubes y surgían los recelos ", afirma Carrete. "Pero nosotros no estamos aferrados a todas estas historias del pasado que son las que han estado a punto de hacer que desapareciéramos", añade Romera.
Las dos entidades miran al futuro con un plan para trabajar conjuntamente y hacer que el Velódromo vuelva a llenarse de rodadores, tanto niños como adultos. Para ello, han conseguido que el Ayuntamiento, después de muchos años de tener abandonadas las instalaciones por falta de uso, invirtiera 43.000 euros en mejorar el pavimento de la pista. "Es una reforma de mínimos pero que permite volver a utilizar las instalaciones con garantías", destacan desde los clubes, que entienden que por el momento la reforma no vaya a más. "Ahora tenemos que conseguir que el velódromo se llene de actividad" apunta Romera.
Mataró ha sido cantera de ciclistas como Eduardo Gonzalo, que compitió en cuatro Tours de Francia durante la década pasada. Las viejas y nuevas generaciones del ciclismo mataroní esperan que esta serie de iniciativas sirvan para reavivar este deporte en la capital del Maresme. De momento el nuevo impulso ya se está notando en la escuela de ciclismo, que ha pasado de 5 a 25 alumnos en este nuevo curso. La escuela está enfocada a la formación infantil de ciclismo en pista y carretera, para niños y niñas de edades comprendidas entre los 6 y 16 años.[banner-AMP_5]
La presencia infantil y juvenil está dotando de nueva vida el Velódromo, y desde los clubes ciclistas se han marcado como objetivo mantener una rotación semanal de unas 200 personas usuarias del equipamiento, tanto de los alumnos de nuestra escuela ciclista como los socios, ciclistas de otros clubes u otras propuestas vinculadas a este deporte. "Queremos lograr que más familias se animen a llevar a sus hijos e hijas en el Velódromo, que cada tarde esté lleno de gente rodando, y que el Ayuntamiento no tenga estas instalaciones como un gasto sino como generadora de activos y de puestos de trabajo ", afirma Carrete.[banner-AMP_6]
El Velódromo de Mataró se inauguró oficialmente en 1948, después de ser promovida por y llegó a su auge de popularidad en los años 50, cuando acogió competiciones internacionales y varias eddicions los Campeonatos de España tras moto, de persecución en pista o de velocidad. Algunos de los mejores ciclistas catalanes de la historia, como Miquel Poblet o Guillermo Timoner, compitieron en varias ocasiones. El Velódromo fue diseñado por el arquitecto Josep Maria Peris y destaca por su diseño único, corto, rápido y muy técnico debido sobre todo a la inclinación de los peraltados.[banner-AMP_7]