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Redacció

Podemos tener un equipo a Primera?

Mataró cuenta con una gran cantidad de equipos que forman con éxito jugadores de base, pero esto no se traduce en conjuntos competitivos cuando llegan a categorías absolutas

Mataró cuenta con 11 clubes de la ciudad y más de 2.500 fichas federativas. La ciudad, que tiene actualmente más de 125.000 habitantes, es una de las diez más grandes de Cataluña. Pero no se encuentra representada en las mejores categorías catalanas ni estatales como sí pasa en otras competiciones. En waterpolo y, hasta la temporada pasada en tenis mesa, Mataró compite a la máxima categoría tanto masculina como femenina. En hockey patines el equipo está al equivalente a Segunda División y ha luchado a OK Liga varias temporadas. El balonmano y el baloncesto se encuentran en categorías superiores a las que representan actualmente la Segunda y Primera Catalana, donde se mueven los mejores equipos de fútbol de la ciudad. Por qué pasa esto? Podríamos tener un equipo a la élite? Y el más importante: hay que tenerlo?

"Es una cuestión de planteárselo, pero para tener clubes en categorías altas hace falta un plan con varios actores y una planificación a medio plazo", explica Ivan Pera. Fue regidor del Ayuntamiento de Mataró durante el impulso del Pacto por el Fútbol, un proyecto que quería dotar de equipamientos actualizados a los equipos de la ciudad instalando césped artificial en todos los campos donde había actividad. Por él, "el Ayuntamiento es un actor importante, pero no el primero: este es el club, el encargado de coordinar el proyecto. Un Ayuntamiento no puede ni tiene que pagar sueldos de jugadores". Por Pera, un proyecto así "no ha sido nunca" en Mataró.
El actual regidor de Deportes, Josep Maria Font, recalca que "el deporte de base es de hierro y cumple con creces su función social", pero considera que el impulso de un club de élite "no pasa sólo la subvención pública". "Además de las ayudas municipales que ya eran todos los clubes, hay que encontrar recursos externos, como patrocinios que permitan confeccionar buenas plantillas". A esto añade la necesidad que "la comisión de clubes de Mataró sea una herramienta real para explorar nuevas vías de generación de recursos y disminución de gastos".

Mataró tiene casi 3.000 fichas federativas en más de 15 clubes de fútbol

Si un club crece, el ayuntamiento "estará allá apoyando" como se ha hecho con equipos de la ciudad. Font coincide con Pera al señalar que el proyecto tiene que surgir del club que quiera dar el paso, y que "la ayuda que puede dar el gobierno no es a fondo perdido, sino que tiene que servir para promocionar la ciudad". Los dos regidores señalan el trabajo conjunto entre clubes de la ciudad por un bien común, una quimera hace unos años por disputas personales entre presidentes y que sigue siendo algo lejano a día de hoy. "En Mataró cada cual ha remado por su parte, y la idea que todo el trabajo desembocara en una única entidad como el CE Mataró, que hace años era el club de referencia, no funcionó; nosotros propusimos un proyecto aglutinador, pero el ayuntamiento esto no lo puede imponer", relata Pera.

Qué necesita un equipo para ser puntero?
Jordi Gastó ha trabajado 29 años en el Diario Sport, la mayoría de ellos a la sección de fútbol catalán. Y ha visto infinidad de proyectos que han triunfado o fracasado durante estos años. "Un club que quiera luchar para estar a Segunda división tiene que tener una población grande detrás, un ayuntamiento que apoye en mayor o menor medida, gente que sepa de fútbol e inversores privados", desgrana. No es ninguna sorpresa, añade, pero considera que la base tiene que ser "un equipo técnico y una dirección deportiva lo más profesional posible y que conozca el fútbol territorial". Por él, el principal contratiempo es que "muchas veces sólo funciona un de estos actores, y así no se va en ninguna parte; alguien que ponga dinero pero sólo piense al subir de categoría fracasará, y un club sin el apoyo de la ciudad, ya sea con una demasiada de socios o con el espaldarazo del Ayuntamiento, lo tiene muy difícil".

La máxima categoría la regentan CE Mataró y Cereza, a Segunda Catalana

Gastó pone dos ejemplos: "Girona y El Hospitalet tienen un gran apoyo de sus ayuntamientos, pero en el segundo caso, que podrían haber sido a Primera División si miramos los números que mueven, no han pasado nunca de Segunda B". Recalca, en este sentido, la importancia por la administración pública de invertir en clubes de la ciudad "El fútbol tiene una vertiente turística y empresarial, tener un equipo a Segunda supone unos beneficios evidentes por la ciudad", explica. El gran proyecto de cualquier equipo tiene que ser, por lo tanto, la categoría de plata. "Es el salto al fútbol profesional. La Segunda B no tiene ningún sentido, si subes un año disfrutas de viajar a jugar contra el Mallorca B, pero es carísima y después de dos años pasa siempre el mismo: equipos que recortan dinero y acaban bajando u otros que hacen una apuesta fuerte para ascender a Segunda". Allá es donde hay el dinero. "Si no eres un mal gestor, tienes límites salariales razonables, puedes hacer una competición sólida y recibir muchos ingresos de quinielas, del que te corresponde para competir a Segunda en derechos televisivos, la afluencia de público a casa, etc.". asegura.

Más allá del fútbol
El periodista considera que hay otros factores a tener en cuenta. "A muchos lugares el fútbol triunfa porque no hay nada más, y en Mataró hay una diversidad de deportes potente que diversifica la oferta", considera. También añade: "hace falta que el municipio tenga tradición futbolera. Sabadell llena y está cerca de Barcelona, Tarragona igual independientemente de la categoría, a otros lugares la demasiada social es muy exigua y así es difícil".[banner-AMP_5]

Qué dicen los clubes

CE Mataró
El CE Mataró ve lejos recuperar un equipo de primera línea. "Se necesita una infraestructura grande que la ciudad no tiene por cuestión de empresas que apuesten por el club, un ayuntamiento que se involucre más y la gente. Cuando me dicen que Mataró tendría que tener un equipo a Segunda o Segunda B pregunto, eres socio? Me dicen que no y que hace diez años que no vienen al campo. Sin involucració no hay nada a hacer, vienen los de siempre", explica Fran Seijo, presidente del CE Mataró. Por él, no hay una demasiada social potente por la cantidad de clubes que hay en la ciudad: "Para poner un ejemplo, Cerdanyola del Vallès tiene una base de 800 niños en un único club, a la ciudad tenemos muchos más pero repartidos, cosa que diluye la demasiada social". Lamenta, además, que Mataró no ofrezca una buena salida a los jugadores que despuntan y que estos acaben en equipos "como el Cornellà o la Damm", con los que la ciudad tendría que poder competir.[banner-AMP_6]

UD Cereza
La UD Cereza cuenta con más fichas que cabe otro club en la ciudad, y su presidente Dani Morillo tiene claro los problemas para llegar a la élite: "en Mataró no tenemos instalaciones para competir con entidades como Sabadell o Reos, y así es imposible construir un equipo fuerte. Sé que la crisis es la que es y que el Ayuntamiento no puede hacer más, pero la realidad es esta". Por otro lado, considera que "hay demasiados equipos de fútbol y esto diversifica las inversiones que puede tener nuestro deporte a la ciudad; a nivel económico es difícil de cambiar pero también afecta". Por él, también falta liderazgo. "Necesitamos algún equipo que sepa liderar y aglutinar todas las sensibilidades del fútbol de Mataró: relaciones, temas económicos, gestión de base... Pero no existe, las relaciones entre clubes no son las mejores y a pesar de tener condicionantes para hacer algo potente, dudo que pase tal y cómo estamos hoy en día".[banner-AMP_7]

El milagro del Llagostera

Un caso apart que también conoce Jordi Gastó, puesto que trabajó en la comunicación del club, es el Llagostera. Un equipo de un pueblo gerundense de 8.000 habitantes que logró siete ascensos en 10 años y jugó dos temporadas a Segunda División. "Es un caso atípico, porque el pueblo no es futbolero e iban 300 personas al campo jugando a Segunda, porque el Ayuntamiento nunca estuvo al lado y no sólo en tema económico, sino ya de manera más afectiva". Pero a nivel deportivo se acertó de pleno. Dos personas –Oriol Alsina e Isabel Tarragó- cogieron el club y "cubrieron gastos y déficits de cada temporada, haciendo plantillas muy competitivas y muy medidas que se explotaban al máximo a cada categoría", explica Gastó. "La excepción que confirma la regla", añade.[banner-AMP_8]

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