No ha empezado del todo bien el nuevo año por los equipos mataronins de Primera Territorial. Ni Cerdanyola ni Cereza vencieron sus respectivos partidos, y mientras el primero se aleja de los lugares de ascenso, el segundo se acerca peligrosamente a la zona de promoción. Ripollet y Santvicentí, los dos primeros clasificados, fueron los botxís de los equipos mataronins.
El partido entre la UD Cerdanyola y el Santvicentí tenía que ser clave para presentar la candidatura a luchar por el ascenso. Un triunfo habría permitido a los de Guerrero según en zona de promoción, pero el 0-1 es un paso atrás en las aspiraciones de los mataronins. El equipo dominó el partido, tuvo las mejores ocasiones ante el recién llegado a Primera, que salía con mucho peligro al contracop. Cuando ya se palpaba un empate sin goles, los visitantes marcaron a sólo seis minutos por el final, y dejaron el partido ver por sentencia.
Por su parte, el Cereza salió goleado del campo del líder de Primera, el Ripollet. Los mataronins, que están decimoterceros con cuatro puntos de ventaja sobre la zona de promoción para volver a Segunda Territorial, quieren ganar el máximo de posiciones posibles para no verse afectados de nuevo por los descensos compensados. Con esto, el equipo rozó la gesta ante un rival potente como el Ripollet. Los cirerencs se avanzaron cómodamente al marcador con goles de Palanco y Valero, consiguiendo un 0-2 con el que fueron al descanso. En la reanudación, los locales sacaron fuerzas de donde no quedaban, y espoleados por un árbitro muy polémico, consiguieron remontar ante un Cereza que acabó desquiciat con el arbitraje.
El partido entre la UD Cerdanyola y el Santvicentí tenía que ser clave para presentar la candidatura a luchar por el ascenso. Un triunfo habría permitido a los de Guerrero según en zona de promoción, pero el 0-1 es un paso atrás en las aspiraciones de los mataronins. El equipo dominó el partido, tuvo las mejores ocasiones ante el recién llegado a Primera, que salía con mucho peligro al contracop. Cuando ya se palpaba un empate sin goles, los visitantes marcaron a sólo seis minutos por el final, y dejaron el partido ver por sentencia.
Por su parte, el Cereza salió goleado del campo del líder de Primera, el Ripollet. Los mataronins, que están decimoterceros con cuatro puntos de ventaja sobre la zona de promoción para volver a Segunda Territorial, quieren ganar el máximo de posiciones posibles para no verse afectados de nuevo por los descensos compensados. Con esto, el equipo rozó la gesta ante un rival potente como el Ripollet. Los cirerencs se avanzaron cómodamente al marcador con goles de Palanco y Valero, consiguiendo un 0-2 con el que fueron al descanso. En la reanudación, los locales sacaron fuerzas de donde no quedaban, y espoleados por un árbitro muy polémico, consiguieron remontar ante un Cereza que acabó desquiciat con el arbitraje.