El árbitro Anna Zardaín, de 33 años y residente en Mataró desde hace más de siete años, se convierte esta temporada en la primera mujer al silbar a la Tercera División, grupo 5. Trae 19 años silbando por los campos de Cataluña, y del arbitraje ha sacado, además de un trabajo, el que actualmente nés su marido.
Cuál es tu primer contacto con el fútbol?
En la escuela hacía fútbol sala desde los 13 años. Posteriormente hice el salto a fútbol grande y desde los quince lo compaginé con ser árbitro. Cuando llegué a Segunda Regional como colegiada dejé de jugar porque la FCF no permite estar federada de jugadora y árbitro a la vegada.
Porque decides coger el camino del árbitro y no el de futbolista?
Esto no es como por ejemplo, antes al fútbol femenino la carrera era complicada por falta de equipos y categorías. Y fui ascendiendo como árbitro y finalmente, bien es verdad que me atraía más que no ser jugadora. Me encanta el fútbol desde todos los puntos de vista, y esto me ha hecho estar muy cerca.
Y de la afición has pasado a ser profesional...
Y muchas cosas más. He conocido a mucha gente y muchos amigos dentro de este mundo. De hecho, mi pareja la conocí en este contexto [Miranda Torres, árbitro de Segunda B] y mi hermana también está empezando en el arbitraje. Hay una unión entre mi vida y el deporte que me gusta.
Es difícil progresar en este mundo?
Costa muchísimo. Aquí no pasa como los jugadores, que si bajan con un equipo pueden cambiar de aires y mantenerse. Nosotros tenemos complicado subir de categoría, y si bajamos no podemos cambiar de equipo. Llegar a ser profesional es complicado, puesto que hay mucha competitividad para intentar progresar.
Y siendo mujer?
No hay diferencias entre hombres y mujeres, pero es cierto que la exigencia de las pruebas físicas es igual por los dos sexos, y esto también es un hàndicap. Por mucho forma que una mujer esté, un chico siempre acaba sacando aquella décima de menos aunque a los partidos no tengamos problemas para seguirlos. El tema está en las marcas necesarias.
Aún así, serás la primera mujer al llegar a Tercera División en Cataluña...
Fue una satisfacción enorme saber que una de las siete plazas era por mí. Te hacen pruebas físicas y se unen con informes de Primera Catalana. De aquí sale la prmera nota, y después se hacen más pruebas en junio entre los diez primeros. Con la suma de estos factores se decide si subes o no... una vez estuve primera en las pruebas, pero me lesioné y acabé fuera del ascenso. Cualquier cosa puede pasar y hay que estar preparada aunque a media temporada las cosas vayan bien.
Qué objetivos tienes de cara al futuro?
Mi ilusión era la Segunda B, pero no podrá ser. Hay que tener menos de 34 años y haber sido dos temporadas a Tercera, y yo tengo 33 por el que no salen los números. El que sí que puedo hacer estando a una categoría Nacional como la Tercera es arbitraje internacional femenino. Silbar a la UEFA y competiciones internacionales es mi siguiente hito.
En 19 temporadas, has sufrido discriminación por el hecho de ser mujer?
Bien es verdad que el mundo del fútbol siempre me ha tratado muy bien. Sobre todo había sorprendida entre delegados y entrenadores al principio, ahora ya no tanto porque a pesar de ser un 1% de mujeres árbitros, ya somos unas cuántas. Una vez en un campo preguntaron si el reglamento permitía que las mujeres silbáramos... pero siempre me han tratado bien y con respeto. El fútbol en Cataluña es una grande familia, y con el tiempo te encuentras en todo de gente que has ido conociendo.
Y desde las aficiones?
El público se variado y hace el que siempre hace. No considero que sea discriminación. Se ponen conmigo por el hecho de ser árbitro, no mujer. La clave está al meterse con el árbitro. Si este es rubio, te metes porque es rubio, si es calvo porque es calvo. Y en mi caso, porque soy mujer. El tema es ponerse con el árbitro por allá donde se puede, por eso no considero que sea discriminación para ser mujer, sino simplemente por el hecho de ser árbitro.
Cuál es tu primer contacto con el fútbol?
En la escuela hacía fútbol sala desde los 13 años. Posteriormente hice el salto a fútbol grande y desde los quince lo compaginé con ser árbitro. Cuando llegué a Segunda Regional como colegiada dejé de jugar porque la FCF no permite estar federada de jugadora y árbitro a la vegada.
Porque decides coger el camino del árbitro y no el de futbolista?
Esto no es como por ejemplo, antes al fútbol femenino la carrera era complicada por falta de equipos y categorías. Y fui ascendiendo como árbitro y finalmente, bien es verdad que me atraía más que no ser jugadora. Me encanta el fútbol desde todos los puntos de vista, y esto me ha hecho estar muy cerca.
Y de la afición has pasado a ser profesional...
Y muchas cosas más. He conocido a mucha gente y muchos amigos dentro de este mundo. De hecho, mi pareja la conocí en este contexto [Miranda Torres, árbitro de Segunda B] y mi hermana también está empezando en el arbitraje. Hay una unión entre mi vida y el deporte que me gusta.
Es difícil progresar en este mundo?
Costa muchísimo. Aquí no pasa como los jugadores, que si bajan con un equipo pueden cambiar de aires y mantenerse. Nosotros tenemos complicado subir de categoría, y si bajamos no podemos cambiar de equipo. Llegar a ser profesional es complicado, puesto que hay mucha competitividad para intentar progresar.
Y siendo mujer?
No hay diferencias entre hombres y mujeres, pero es cierto que la exigencia de las pruebas físicas es igual por los dos sexos, y esto también es un hàndicap. Por mucho forma que una mujer esté, un chico siempre acaba sacando aquella décima de menos aunque a los partidos no tengamos problemas para seguirlos. El tema está en las marcas necesarias.
Aún así, serás la primera mujer al llegar a Tercera División en Cataluña...
Fue una satisfacción enorme saber que una de las siete plazas era por mí. Te hacen pruebas físicas y se unen con informes de Primera Catalana. De aquí sale la prmera nota, y después se hacen más pruebas en junio entre los diez primeros. Con la suma de estos factores se decide si subes o no... una vez estuve primera en las pruebas, pero me lesioné y acabé fuera del ascenso. Cualquier cosa puede pasar y hay que estar preparada aunque a media temporada las cosas vayan bien.
Qué objetivos tienes de cara al futuro?
Mi ilusión era la Segunda B, pero no podrá ser. Hay que tener menos de 34 años y haber sido dos temporadas a Tercera, y yo tengo 33 por el que no salen los números. El que sí que puedo hacer estando a una categoría Nacional como la Tercera es arbitraje internacional femenino. Silbar a la UEFA y competiciones internacionales es mi siguiente hito.
En 19 temporadas, has sufrido discriminación por el hecho de ser mujer?
Bien es verdad que el mundo del fútbol siempre me ha tratado muy bien. Sobre todo había sorprendida entre delegados y entrenadores al principio, ahora ya no tanto porque a pesar de ser un 1% de mujeres árbitros, ya somos unas cuántas. Una vez en un campo preguntaron si el reglamento permitía que las mujeres silbáramos... pero siempre me han tratado bien y con respeto. El fútbol en Cataluña es una grande familia, y con el tiempo te encuentras en todo de gente que has ido conociendo.
Y desde las aficiones?
El público se variado y hace el que siempre hace. No considero que sea discriminación. Se ponen conmigo por el hecho de ser árbitro, no mujer. La clave está al meterse con el árbitro. Si este es rubio, te metes porque es rubio, si es calvo porque es calvo. Y en mi caso, porque soy mujer. El tema es ponerse con el árbitro por allá donde se puede, por eso no considero que sea discriminación para ser mujer, sino simplemente por el hecho de ser árbitro.