El verano ha llegado con fuerza y un calor sofocante al Maresme. Con los niños de vacaciones y el ritmo diario y semanal más pausado, es normal y recomendable pensar en salir de casa, pasear y tomar algo. Y es entonces cuando en la capital de la comarca encontramos planes y propuestas únicas, ideales para disfrutar a lo grande.
Cuando llega el verano y el calor empieza a notarse, puede que no lo parezca pero Mataró tiene unos atributos gastronómicos especiales. Como si fueran las siete maravillas de un mundo local y sabroso, la cocina mataronina ofrece delicias frescas, auténticas y llenas de carácter mediterráneo que conquistan tanto a los paladares más exigentes como a quienes buscan un bocado sencillo y refrescante. Desde platos marineros con pescado recién llegado de la lonja hasta recetas tradicionales con el toque justo de modernidad, estas siete maravillas de la gastronomía veraniega son ideales para disfrutar de la buena comida mientras el sol calienta las calles y el mar invita a quedarse.
01 Comer y tomar una copa a pie de olas
Cuando llega el verano, pocos planes superan el de cenar junto al mar mientras la brisa suaviza el ambiente. En Mataró tenemos una buena colección de restaurantes y chiringuitos bien cerca del agua y sobre todo al atardecer, cuando el sol ya no aprieta tanto, el plan de sentarse y dejarse llevar parece difícilmente superable. Sobre la arena, hay que decirlo, predomina en la mayoría de negocios un concepto gastronómico eficiente y sin complicaciones. Son chiringuitos que saben lo que hacen. Bien dispuestos, no se complican la vida.
Después de cenar, llega la copa. Y aquí, también a pie de olas, los negocios se transforman en chill outs improvisados. Mojitos, gin-tonics, cócteles y combinados se sirven mientras se charla, se baila o simplemente se contempla el horizonte. El ambiente es relajado, ideal para grupos de amigos o parejas, y la noche se deja vivir sin prisas, como si el tiempo se diluyera entre sorbos y sal marina.
02 Croquetas de autor
Del 27 de junio al 6 de julio, Mataró se convierte en capital croquetera con la 2ª edición de la Ruta de la Croqueta. Esta iniciativa de NEM, que ya triunfó el año pasado, pone en valor el talento local con croquetas creativas y sabrosas elaboradas por bares, restaurantes y charcuterías. El objetivo no es solo deleitar el paladar, sino también dinamizar la restauración de proximidad y descubrir sabores sorprendentes en un formato tan humilde como querido.[banner-AMP_5]
Este año la ruta incorpora novedades: votaciones populares, jurado profesional, carnés de degustación y un sorteo para los más implicados. Categorías como la Croqueta Tradicional o la Innovadora sirven para mostrar la variedad de recetas, desde la clásica de jamón hasta combinaciones con marisco, quesos o ingredientes dulces.
03 Un arroz a pie de playa
Hay platos que no fallan y el arroz es uno de ellos. Hacerlo a pie de mar, en primera línea de playa, convierte una paella en una celebración. En Mataró, algunos de los mejores arroces se ofrecen en terrazas con vistas al mar, cocinados con producto fresco de la lonja y con el punto de cocción lento que permite una buena cocción del grano. Mar y montaña, caldosos, negros o con bogavante: hay para todos los gustos.[banner-AMP_6]
Este ritual de “arrocearse” junto al mar suele ir acompañado de vermuts, entrantes ligeros y, sobre todo, mucha conversación. Entre los restaurantes situados en el litoral, que son como una alineación del Barça y todo el mundo se sabe de memoria, destaca por historia y popularidad Can Margarit, con la mejor terraza de Mataró y abierto todo el año. No se es de Mataró si no se ha comido en el Margarit.[banner-AMP_7]
04 El alicantino, aún más refrescante
Si no lo has probado puede parecer una herejía, pero la mezcla entre granizado de limón y horchata es una de esas bebidas que solo tienen sentido cuando llega el verano. En Mataró, este combinado lleva décadas refrescando las tardes y acompañando los paseos por el centro o la playa con otro mataronismo, es decir, un nombre propio: ‘ponme un alicantino’.. Con su equilibrio entre la acidez del granizado y la dulzura suave de la horchata, es un auténtico bálsamo contra el calor pegajoso del Maresme.[banner-AMP_8]
A pesar de su nombre, no tiene nada que ver con Alicante, pero aquí se ha convertido en tradición. Su aspecto puede sorprender a quienes no lo conocen, pero quien lo prueba, repite. En muchas heladerías y granjas aún lo sirven, y es ideal para una tarde de verano.
05 Noche de tapas en la Plaza de Cuba
El 12 de julio, la Plaza de Cuba se transforma en epicentro gastronómico y festivo con la Noche de Tapas. De 20 a 24 h, los puestos y establecimientos del Mercado ofrecen tapas y platillos a precios populares. Es una ocasión única para descubrir las propuestas de los paradistas, algunos con recetas familiares o creaciones innovadoras pensadas para lucirse en este formato festivo y veraniego.[banner-AMP_9]
En el exterior, el ambiente se complementa con un DJ que pincha éxitos de todas las épocas, convirtiendo la noche en una verdadera fiesta de culto. Esta cita impulsada por la Asociación de Vendedores del Mercado no solo anima el verano en Mataró, sino que refuerza el vínculo entre vecindario y comercio local, todo en un ambiente alegre y desenfadado.[banner-AMP_10]
06 La Juliana, el tesoro de Les Santes
La Juliana no es solo una bebida, es un símbolo de Les Santes. Durante años, su receta fue un secreto guardado bajo llave, servida únicamente durante el Baile de los Requisitos. Pero desde 2015, Mataró puede disfrutarla o reproducirla en casa: una mezcla de granizado de fresa, zumo de naranja, ginebra, ron, vodka y cava, siempre bien fría y con el cava añadido al final para no perder el gas.[banner-AMP_11]
Es un cóctel seductor, refrescante y con el espíritu festivo que define el julio mataronense. Cada sorbo es un gusto festivo, una especie de caricia para el cuerpo. Tiene el inconveniente de que no sería un cóctel fácil de hacer, pero como toda buena gastronomía comunitaria, tiene versiones, recetas y formas distintas de prepararla. Un tesoro que se bebe y que mejora cualquier noche.[banner-AMP_12]
07 El tobago, un postre con nombre propio
El tobago, un postre que solo se llama así en la capital del Maresme. Un fenómeno curioso. Algunos restaurantes lo conservan en la carta como lo que es: una mezcla deliciosa y fresca. Helado de vainilla, zumo de naranja y un toque de ron blanco: una combinación que parece improbable pero que termina seduciendo con su mezcla de dulzor, acidez y calidez alcohólica. Es fresco, original y un poco gamberro, como muchas de las mejores ideas gastronómicas del verano.[banner-AMP_13]
Aún presente con su nombre local en algunas cartas, el tobago tiene ese aire retro que lo hace encantador. Hay quien le pone vodka o Cointreau, pero la esencia es la misma: sorprender y refrescar. Un postre que gusta mucho. ¡Y después de una buena cena de verano, aún más!
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