Cuando pensamos en el Mercado de la Plaza de Cuba, nos vienen al ningún conceptos como tradición, confianza y proximidad. Pero su valor va mucho más allá de esta imagen clásica. El mercado se ha consolidado como un espacio vive, adaptado en los nuevos tiempos, que continúa siendo clave en el día a día de muchos mataronins gracias a una oferta centrada en el producto fresco, de calidad y con origen próximo. Es el lugar ideal para comprar todo el que necesitas por las comidas de estas fiestas.
Carne, pez, fruta y verdura llegan mayoritariamente de productores de la comarca y del país, con una trazabilidad clara y un control de calidad que se percibe tanto al producto como al trato. Esta proximidad permite garantizar frescura, pero también refuerza el vínculo con el territorio y con el sector primario.
Qué compramos los mataronins por comida durante estas fiestas?
Otro de los grandes activos del mercado son sus paradistes. Profesionales de toda la vida que conocen el producto, asesoran el cliente y ofrecen una atención personalizada difícil de encontrar en otros formatos comerciales. Esta relación de confianza, construida con los años, es especialmente importante en momentos como las fiestas, cuando se busca acertar con el que posamos a mesa.
El Mercado de Cuba es también un punto de encuentro. Los fines de semana es habitual ver vecinos que aprovechan la compra para conversar, reencontrarse y compartir ratos. Esta dimensión social forma parte de la esencia del mercado y contribuye a hacerlo un espacio próximo, arraigado en el barrio y a la ciudad.
Con sus paradas especializadas, el bar y el restaurante, el mercado continúa siendo un referente para quien valora la buena comida y el comercio de confianza. Especialmente en estas fechas señaladas, es el lugar donde muchos mataronins encuentran los ingredientes que dan sentido a las celebraciones y mantienen viva una manera de comprar y de vivir que forma parte de la identidad de la ciudad.