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El poder terapéutico de los animales en el luto

Contingut Expert

El poder terapéutico de los animales en el luto

Cabré Junqueras explica como nuestros perros, por ejemplo, pueden ser un recurso valioso para sostener el luto de una manera más próxima y compasiva

La pérdida de un ser querido es una de las experiencias más dolorosas que puede vivir una persona. Durante este proceso de duelo, donde a menudo cuesta encontrar consuelo en las palabras, los animales de compañía pueden convertirse en un apoyo emocional tan silencioso como profundo. El vínculo entre humanos y animales —especialmente con los perros— es ancestral, y se basa en la confianza, el afecto y la presencia incondicional.

Diversos estudios señalan que el contacto con animales ayuda a reducir la ansiedad, la tristeza y el sentimiento de soledad. Las caricias, el calor corporal o simplemente la compañía de un animal pueden ofrecer un espacio seguro donde expresar emociones y comenzar a transitar el duelo. Este tipo de relación emocional, libre de juicio y de exigencias, permite reconectar con la calma, la ternura y el momento presente.

Este potencial terapéutico ha inspirado iniciativas concretas para integrar a los animales de apoyo en entornos de duelo. En algunos tanatorios se ha implementado un programa de intervenciones asistidas con perros durante los velatorios. Los animales, entrenados para moverse en entornos emocionalmente intensos, acompañan a las familias que lo desean, ofreciendo un apoyo emocional tranquilo y empático.

Este servicio, gratuito y voluntario, se desarrolla con la supervisión de técnicos especializados, que velan por una interacción respetuosa y segura entre el perro y las personas. No se trata de una terapia formal, sino de una presencia amable y disponible, que puede actuar como catalizador emocional. Los resultados son muy positivos: muchas familias valoran la serenidad que transmite el animal, así como su efecto reconfortante en momentos tan delicados.

Los beneficios no son solo emocionales: el contacto con perros puede contribuir a reducir la presión arterial, aliviar el pesimismo y mejorar el estado de ánimo general. En el caso de los niños, el vínculo con un animal de compañía puede ayudarles a entender y afrontar mejor la muerte de un familiar. Esta presencia afectuosa, sin exigencias ni explicaciones, ayuda a humanizar el proceso de despedida y abre espacios de consuelo y calma que a menudo no se consiguen de otras maneras. Los animales, en definitiva, pueden ser un recurso valioso para sostener el duelo de una manera más cercana y compasiva.[banner-AMP_5]