Cada vez más vecinos de Mataró se animan a convertir balcones, terrazas y patios en pequeños huertos urbanos. La ventaja está claro: permite cultivar productos frescos, ahorrar a la compra y disfrutar de una actividad relajante y educativa, incluso para hacer con los más pequeños de casa. Y no hay que disponer de mucho espacio ni tener experiencia previa: con las plantas adecuadas, cualquiera puede ver como su huerto crece y se hace productivo.
Las cinco plantas que nunca fallan
Los expertos coinciden que para empezar es mejor escoger cultivos sencillos y resistentes, que se adapten bien al clima mediterráneo y den resultados rápidos y abundantes. Estos son los cinco imprescindibles:
-
Lechugas: rápidos de crecer, ocupan poco espacio y se pueden cosechar hoja a hoja. Ideales para tener siempre ensaladas frescas a mesa. Solo hay que vigilar que los pájaros no se aprovechen.
-
Tomates: son el clásico de los huertos urbanos y, además, muy productivos. Con sol directo (6–8 horas) y un buen testero de 25–30 litros hay bastante para disfrutar. Ver crecer las plantas y recoger los primeros frutos es altamente motivador.
-
Cebollas: versátiles y resistentes, se pueden plantar casi todo el año y requieren muy poco mantenimiento. En cuatro o cinco meses ya se pueden cosechar, y sus hojas también son aprovechables para cocinar.
-
Rábanos: ideales por principiantes. En menos de dos meses ya se pueden comer y casi no sufren plagas. Solo hay que tener paciencia a la hora de sembrar las pequeñas entonces.
-
Ajos: prácticamente sin complicaciones, se plantan en otoño o en invierno y crecen solo. Se pueden cosechar tiernos al ninguno de pocas semanas o esperar unos meses para obtener cabeces completas.
Como empezar un huerto urbano
Para montar un huerto urbano solo hacen falta los materiales básicos: recipientes, que pueden ser jardineras, tablas de cultivo, testos grandes o incluso cajas de madera recicladas, un sustrato de calidad y un espacio con suficiente luz natural. El riego se puede hacer de manera manual con una regadera, pero si quieres ahorrar tiempo y optimizar el agua también puedes instalar un pequeño sistema de goteo, muy práctico sobre todo en verano o cuando no estás en casa cada día.
A partir de aquí, el éxito depende sobre todo de dos cosas: la constancia y la elección del que siembras. La clave es empezar con aquellas verduras y hortalizas que más te gusten comer. De este modo tendrás el aliciente de incorporarlas a tu cocina. No hay que complicarse con cultivos delicados: las plantas sencillas y productivas son perfectas para aprender los primeros pasos y coger confianza.
Con un poco de paciencia y dedicación, pronto verás como tu balcón o terraza se transforma. Además, los beneficios van más allá de la cosecha: el huerto urbano ayuda a reducir el estrés, conecta con la natura y es una actividad ideal para compartir con la familia, sobre todo con los más pequeños.[banner-AMP_5]