La ceguera silenciosa es el nombre con el que se conoce el glaucoma, una dolencia que se produce por una pérdida de visión por culpa de la lesión del nervio óptico, aumento de la presión intraocular y por la particularidad que no tenemos síntomas del que está pasando hasta que es demasiado tarde. Por eso, desde Clínica Bahía, especialistas integrales en oftalmología, te explican aquí todos los detalles que hay que tener en cuenta.
El antes que nada es que es obvio y primordial que se haga un diagnóstico prematuro antes de que la dolencia provoque lesiones irreversibles. Esta diagnosis se puede hacer con una exploración básica de fondo de ojo, medida de la presión intraocular que se basa en la paquimetria cornial y la campimetria computeritzada y con el estudio de las fibras del nervio óptico y de la retina. Esto nos permitirá identificar si hay indicios de esta dolencia y posar hilo a la aguja.
Cómo se puede curar el glaucoma?
Hay que recalcar que es un daño permanente y no se puede revertir, a pesar de que se puede parar con tratamientos de todo tipos y gracias a revisiones periódicas que podrán disminuir la pérdida de visión o frenarla, si se detecta a tiempo. Pero debido a que no tiene cura, es importante prevenir por ante todo.
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Cómo que se trata de una dolencia silenciosa, es importante por lo tanto hacer revisiones periódicas de la vista para evitar este y otros problemas. Hace falta, pero, separar dos tipos de glaucoma, el crónico y el de ángulo cerrado. El primero es lo más habitual.
El tratamiento adecuado y el control médico rigurós serán los mejores aliados para mantener tu vista sana a largo plazo. La mayoría de pacientes con glaucoma se pdoen controlar correctamente con tratamiento médico con gotas, a pesar de que a veces puede ser necesario el tratamiento con láser o quirúrgico.