Cuando se habla de la salud de las personas, son muchos los organismos que hacen referencia a la importancia de la calidad del aire que respiramos tanto en el exterior como también en el interior de los edificios. Y ante esta última necesidad, los datos actuales no son nada optimistas ya que la OMS (la Organización Mundial de la Salud) señala en sus últimos informes una calidad del aire interior en edificios urbanos entre 5 y 10 veces peor que el aire que encontramos en el exterior.
Dentro de los edificios —viviendas, oficinas, restauración, espacios comerciales, de ocio...—, hay muchos elementos contaminantes que absorbemos al respirar como por ejemplo monóxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles, dióxido de azufre, productos químicos de uso doméstico (desde higiene a cosmética), óxidos de nitrógeno o el humo del tabaco, y que son perjudiciales para la salud.
La OMS afirma que hasta dos millones de personas mueren a causa de los contaminantes derivados de la quema de combustibles en el interior del hogar para cocinar y calentarse, principalmente en los países en desarrollo. Y la oficina europea de este organismo ha publicado un informe que cuantifica la carga de enfermedad asociada a una vivienda inadecuada, destacando especialmente la importancia de los efectos de la contaminación interior en los grupos de población más vulnerables: las personas mayores, los niños y las personas con problemas respiratorios. Y este problema no es menor si tenemos en cuenta que los habitantes de las ciudades pasamos entre un 80 y un 90% de nuestro tiempo dentro de edificios.
Ante este contexto, una arquitectura adecuada, liderada y asesorada por profesionales de la arquitectura técnica, y el buen mantenimiento de los edificios tienen un papel destacado. Desde la época de los romanos toda construcción ha buscado una ventilación natural o mecánica que garantizara la mejor calidad del aire interior y su regeneración (actualmente los tipos de ventilación recomendados pueden ser mecánica, híbrida o ventilación mecánica controlada de doble flujo).
Los tiempos actuales exigen, pues, nuevos recursos energéticos y soluciones que, añadidos a la necesidad de ofrecer el mejor confort, presenten edificios que regeneren el aire interno y mantengan alejados los olores, humedades, garantizando así la mejor calidad del aire que se respira.
Hay que trabajar en esta dirección, y hacerlo de forma conjunta, para disfrutar de edificios saludables y donde el aire sea limpio, mejorando así el estado de las construcciones y, por extensión, la calidad de vida de todos y todas.[banner-AMP_5]
Las noticias más importantes de Mataró y Maresme, en tu WhatsApp
- ¡Recibe las noticias destacadas en tu móvil y no te pierdas ninguna novedad!
- Entra en este enlace, haz clic en seguir y activa la campanita