El 18 de octubre se celebra el Día Mundial de la Menopausia, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud en el año 2000 para visibilizar una etapa a menudo silenciada y cargada de estigma. Aunque los sofocos son el síntoma más conocido, la menopausia implica muchos más cambios físicos, hormonales y emocionales que afectan la calidad de vida de las mujeres.
Según la ginecóloga Sònia Anglès, especialista del Hospital Clínic de Barcelona, “es un período crítico y todas las mujeres deberían estar informadas”. Las alteraciones pueden incluir sequedad vaginal, insomnio, cambios de humor, pérdida de deseo sexual o variaciones en el peso y el metabolismo. A largo plazo, puede aumentar el riesgo de osteoporosis, enfermedades cardiovasculares y obesidad.
Una etapa natural, no una enfermedad
La menopausia no aparece de repente: antes se llega a ella por la perimenopausia, un período que puede durar entre cuatro y cinco años, durante el cual los ciclos menstruales se vuelven irregulares. Se considera definitiva cuando hace 12 meses que no hay menstruación. “Es un momento de mucho cambio, pero no hay que vivirlo como una enfermedad, sino estar preparadas para identificar los síntomas y pedir ayuda si es necesario”, destaca María Pancorbo, endocrinóloga del Hospital Universitario Vall d’Hebron.
Aunque la lista de síntomas es amplia, no todas las mujeres los experimentan con la misma intensidad. También hay aspectos positivos: desaparecen los dolores menstruales y ya no existe riesgo de embarazo. Además, muchas mujeres viven esta etapa como una nueva oportunidad para cuidarse y reconectar con su cuerpo.
Tratamientos y opciones terapéuticas
Los tratamientos para la menopausia son diversos y deben adaptarse a cada caso. La fitoterapia, a base de soja, polen o cimicífuga racemosa, puede aliviar sofocos e insomnio, aunque su eficacia varía. También existen tratamientos hormonales locales para combatir la sequedad vaginal y mejorar los síntomas genitourinarios.
La terapia hormonal sustitutiva con estrógenos y progesterona es la opción más recomendada cuando los síntomas son intensos. “No hay que aguantar en silencio: existen soluciones seguras y efectivas”, insiste Anglès. Antes, sin embargo, se deben valorar los factores de riesgo, especialmente cardiovasculares y de trombosis.
Cuidado personal y sexualidad
Mantener una alimentación saludable y practicar ejercicio físico regular es clave para prevenir complicaciones a largo plazo, como la pérdida de masa ósea o el aumento de peso. También es importante cuidar la salud sexual: lubricantes, hidratantes vaginales y el orgasmo —que estimula la irrigación de los tejidos— son aliados potentes. “Tocarse la vulva o tener orgasmos ayuda a mantener la respuesta sexual”, explica la psicóloga Sílvia Catalán.[banner-AMP_5]
Catalán recomienda reconectar con el propio cuerpo, explorar la sexualidad sin presiones y fomentar la intimidad con la pareja. “El deseo no aparece solo: hay que dedicarle tiempo y espacio. Esta etapa no debe ser sinónimo de pérdida, sino de autocuidado y descubrimiento”, concluye.
La menopausia forma parte del ciclo vital y, lejos de ser un final, puede convertirse en un nuevo comienzo para muchas mujeres, si cuentan con información, acompañamiento y herramientas para cuidar su salud física y emocional.[banner-AMP_6]
Fuente: www.3cat.cat/3catinfo
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