Que trabajar de forma excesiva perjudica la salud física y mental es un hecho conocido. Sin embargo, un nuevo estudio arroja luz sobre cómo este sobreesfuerzo puede llegar a modificar el funcionamiento y la estructura del cerebro. La investigación, publicada en la revista Occupational and Environmental Medicine, se centra en profesionales de la salud y revela el impacto de un exceso de horas laborales en la regulación emocional y la cognición.
El estudio, liderado por investigadores de varias universidades de Corea del Sur, se realizó con 110 trabajadores sanitarios, principalmente médicos. De estos, 32 trabajaban 52 horas o más a la semana, mientras que el resto seguían jornadas estándar de 40 horas. A través de técnicas de neuroimagen, se analizó el volumen de sustancia gris —la parte del cerebro más rica en neuronas— para observar posibles cambios anatómicos asociados a la sobrecarga laboral.
Los resultados fueron significativos: los trabajadores con jornadas más largas presentaban un incremento del 19% de sustancia gris en regiones específicas del cerebro, como el giro frontal medio, el giro frontal superior y la ínsula. Estas áreas están directamente relacionadas con funciones ejecutivas (como la planificación, la toma de decisiones y la atención) y con la regulación emocional, la autoconciencia y la comprensión de los contextos sociales.
Los autores señalan que este aumento de volumen podría ser una respuesta adaptativa del cerebro al estrés crónico derivado de una carga laboral excesiva. Aun así, reconocen que otros factores como la privación de sueño —muy habitual en trabajadores con jornadas prolongadas— y el estrés constante también podrían influir en estos resultados.
800.000 muertes por causas relacionadas con el exceso de trabajo
La investigación se enmarca en un contexto global preocupante. La Organización Internacional del Trabajo estima que unas 800.000 personas mueren cada año de forma prematura por causas relacionadas con el exceso de trabajo. Además, existe una evidencia científica sólida que vincula las largas jornadas laborales con un riesgo elevado de sufrir enfermedades cardiovasculares, metabólicas, ansiedad y depresión.[banner-AMP_5]
Sin embargo, este estudio da un paso más allá en comprender cómo este sobreesfuerzo sostenido puede afectar directamente a la salud cerebral. Según los investigadores, estos descubrimientos son clave para desarrollar intervenciones que ayuden a mitigar los efectos negativos de una dedicación excesiva al trabajo y para impulsar políticas públicas de regulación laboral.[banner-AMP_6]
Los resultados subrayan la necesidad de abordar el trabajo excesivo como un problema de salud laboral de primer orden. Las conclusiones son claras: hay que promover entornos laborales más saludables, establecer límites a las horas de trabajo y garantizar el derecho al descanso para proteger el bienestar físico y mental de los trabajadores.
Fuente: www.3cat.cat/324[banner-AMP_7]
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