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Redacció / ACN

Buch niega que contratara como asesor un mosso para que hiciera de escolta de Puigemont

El ex consejero de Interior y exalcalde de Premià de Mar Miquel Buch dice que el sargento lo asesoraba en todo el que le pedía, incluso a distancia

 

El ex consejero de Interior Miquel Buch ha negado este jueves que contratara un mozo de escuadra como asesor porque hiciera de forma encubierta de escolta del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont mientras era al exilio. Además, ha asegurado que el sargento hizo el asesoramiento que le pedía entre agosto del 2018 y marzo del 2019 aunque fuera a distancia. Por su parte, Luciera Escolà ha negado que hiciera de escolta de Puigdemont, puesto que no tenía las condiciones físicas, el equipo ni el material para hacerlo. La fiscalía ha confirmado su petición de penas contra Buch, que se enfrenta a seis años de prisión por prevaricación y malversación de fondos públicos, y contra Escolà, para quienes pide cuatro años y medio de prisión como cooperador necesario.

Según la fiscalía el policía cobró 52.712 euros como asesor en sistemas de seguridad, cantidad que reclama como indemnización. A los dos los reclama también entre 23 y 25 años de inhabilitación especial y absoluta.

En la última sesión del juicio a la Audiencia de Barcelona ha sido el turno de los dos acusados. Buch ha desatado la contratación de Escolà como asesor de su papel como supuesto protector de Puigdemont. De hecho, ha dicho que quizás lo había visto algún golpe a Waterloo, pero tampoco lo ha asegurado, y tampoco sabe si hacía de escolta del expresidente. También ha asegurado que previamente solo lo conocía de vista. Además, ha negado que hablara de Escolà o de sus escoltas con Puigdemont, sino que hablaban otras cuestiones políticas. De hecho, ha recordado que un expresidente necesita entre seis y ocho escoltas y que esto no lo podía hacer Escolà a solas.

Ha explicado que cuando fue nombrado consejero de Interior, a principios de junio del 2018, dejó en manso otros cargos el trámite para garantizar la seguridad de Puigdemont como expresidente. Nombró varios asesores y quería alguno que fuera mozo para saber qué pasaba al cuerpo, después de meses de "tensión" por los atentados del 17-A y el referéndum del 1-O. Le costó encontrarlo, pero finalmente nombró Escolà. Además, ha dicho que el nombramiento no tuvo nada que ver con la finalización del expediente sancionador que tenía Escolà dentro del cuerpo, puesto que él no intervino en el expediente.

Sobre el trabajo que hacía Escolà, Buch ha dicho que los asesores "hacen de todo" y están a "plena disposición, self-service", a pesar de que ha negado ser un "negrero". Ha explicado que él le pedía "opiniones, notas, más que informes", puesto que a él no le "gusta leer". A preguntas de su defensa, ha dicho que el trabajo de Escolà fue "útil", pero no tenía ningún privilegio respeto el resto de asesores.

También ha dicho que con Escolà hablaba muy a menudo por teléfono, y también se veían al departamento o a Premià de Mar, donde vivía Buch. El ex consejero ha dicho que él no le preguntaba a Escolà donde era físicamente, sino que solo quería obtener respuesta al que él pedía. Así, ha dicho que la covid demostró que se podía trabajar a distancia.

Preguntado por el fiscal por un encuentro a Waterloo el diciembre del 2018, Buch ha dicho que él y otros miembros del Gobierno fueron y había mucha gente, pero no recuerda si vio Escolà, a pesar de que hay fotos del sargento al acto.

Por otro lado, ha dicho que él no controlaba los tuits que hacían sus asesores, solo en caso de que enviaran mensajes contrarios a la Consejería.

En su último turno de palabra, el ex consejero ha sacado unas anotaciones y ha empezado definiéndose como independentista, pero asegurando que esto nunca lo ha impedido servir a toda la sociedad por igual, independientemente de su ideología. También ha asegurado que nunca ha dado ninguna orden o instrucción ilegal como cargo público ni ha malversado dinero, aunque alguna ley le pueda parecer injusta. Así, ha asegurado que está tranquilo y seguro del que hizo, a pesar de admitir que el proceso judicial lo ha afectado a él y su familia.

Respete el trabajo de Escolà ha dicho que trabajó con "rigor, compromiso, lealtad y plena disponibilidad" e hizo el que se le había encomendado.

Pero Buch ha sido especialmente llevar contra los mozos de escuadra que dirigieron la investigación contra él y Escolà e hicieron el sinformes críticos con el nombramiento y el trabajo de asesor del sargento. Ha dicho que admira y respeta el resto del cuerpo, pero se ha sienta "insultado". Considera que los informes estaban plenos de "subjetividad, prejuicios, errores y mala fe", "todo el que no tiene que hacer un policía".

Escolà dice que no estaba capacitado para proteger Puigdemont

Por su parte, Escolà solo ha respondido a su abogada y ha dicho que era imposible que él haz de escolta de Puigdemont al exilio porque no tenía ya las capacidades físicas, ni las herramientas materiales ni el equipo humano para hacerlo. Respete la fuga con Puigdemont el 29 de octubre del 2017, Escolà ha dicho que él había cogido vacaciones porque Puigdemont había sido destituido por el 155 y que el ya expresidente le pidió si lo podía "acompañar en un viaje privado". El sargento se mostró honorado e hizo el acompañamiento hasta Bélgica, pero ha negado que hiciera de escolta ni que le pidieran.

Ha recordado que desde el 2012 tenía graves problemas de espaldas que lo impedían hacer de escolta directo y como máximo podía hacer de ningún operativo, con menos implicación física.

Sobre el hecho que viajara tanto a menudo a en todo Europa y no trabajara como mozo, ha explicado que anteriormente había acumulado muchísimas horas extra y las quiso recuperar, y nadie le recriminó. La primavera del 2018 volvió a coger la baja para ser operado de la espalda y fue cuando en julio fue designado asesor de Interior. Este trabajo sí que la podía hacer todo y el mal de espaldas, porque no era policial, sino más bien de "oficinista".

Sobre su trabajo de asesor, ha dicho que la podía hacer a distancia, por teléfono o entregando imprimidos los informes. También iba al departamento, donde hablaba con excompanys suyos escoltas, en algún bar próximo o a Premió. Finalmente, el marzo del 2019 dejó el cargo porque el trabajo no lo llenaba, estuvo de baja, fue instructor de tiro al complejo central de los Mozos y posteriormente se le reconoció la incapacidad laboral.

En su informe final, el fiscal Pedro Ariche ha dicho que Escolà quizás no hizo de escolta estrictamente, pero sí hizo tareas de seguridad, vigilancia, protección o acompañamiento de Puigdemont, y era plenamente conocido públicamente. Así, no ve creíble que Buch y Puigdemont no hablaran de la cuestión. Sobre la supuesta incapacidad física de Escolà para hacer de escolta, ha recordado que el sargento condujo muchas horas el 29 de octubre para llevar Puigdemont de Girona a Bélgica y viajó a menudo por Europa. De hecho, ha dicho que los funcionarios públicos tienen que dar ejemplo, y le ha reprochado que hiciera público en las redes sociales que acompañaba Puigdemont mientras era reclamado por la justicia española.

Ya como asesor, el fiscal ha recriminado a Escolà que cogiera vacaciones antes y después de ser asesor, pero no mientras era asesor.

En sus informes finales, las dos abogadas defensoras han alegado que el nombramiento de Escolà fue plenamente legal, pertinente y oportuno, y que estaba plenamente calificado para hacer el trabajo encomendado de asesoramiento en materia de seguridad. Después del último turno de palabra de Buch, y después de que Escolà no lo haya utilizado, el juicio ha quedado visto para sentencia.

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