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La tortuga babaua

ACN / Redacción

Una cincuentena de voluntarios custodian un nido de tortugas en la playa de Malgrat de Mar

Hacen turnos de unas tres horas para vigilar e informar a los bañistas acompañados de la Brigada Joven municipal

Más de 50 personas voluntarias se coordinan por turnos para vigilar un nido de tortugas boba que ha aparecido en la playa de la Conca, en Malgrat de Mar. Una supervisión que se alargará durante todo este mes con guardias de unas tres horas para cubrir toda la jornada, incluso por las noches. La gran mayoría son vecinos del municipio, pero también hay de la comarca y una familia de Osona que aprovecha la estancia en la playa. Los voluntarios están acompañados de la Brigada Joven, que tiene cura de los huevos y también informa a los bañistas que se interesan por la situación.

El día a día de los voluntarios en la zona habilitada es ameno, tal como ha explicado Jordi Massana, vecino de la localidad costera. "Se comprueba que todo esté correcto y se vigila que la gente no acceda", ha señalado, precisando que el tiempo lo pasa "charlando, jugando a cartas". "A veces, no conoces la persona con la cual haces guardia y se puede establecer un vínculo", ha añadido.

Massana, con experiencia en temas de voluntariado, es la primera vez que hace uno de este tipo y se enteró a través del Ayuntamiento. Precisamente, el consistorio tiene en su página web un formulario para inscribirse al voluntariado y, a partir de aquí, se establecen los turnos.

Hallazgo con 130 huevos

Un particular alertó el pasado 26 de junio de la presencia del nido. Alrededor de unos 40 huevos los trasladaron a las instalaciones de la Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM) en el Prat de Llobregat y en el Centro de Recuperación de Anfibios y Reptiles de Cataluña (CRARC) en Masquefa (Anoia).

La temporada de cría de esta especie de tortuga empieza en junio y se alarga hasta finales de octubre. La nidificación en el Mediterráneo se inició hace unos 12 años. Hasta entonces estos ejemplares solo habían pisado el territorio para alimentarse. El año pasado no se localizó ningún nido en la costa catalana, mientras que el 2021 se encontraron cinco.