La reciente historia de Canet de Mar va ligada al Modernismo en Cataluña. El primer arquitecto al utilizar técnicas de este movimiento, Lluís Domènech y Montaner, proyectó desde la villa maresmenca la práctica totalidad de su obra y dejó un legado importante al mismo pueblo, no sólo con piezas modernistas sino también con la presencia otros arquitectos importantes de la época. El comercio con América fue clave en el movimiento social y cultural que sufrió la villa. Los ciudadanos que se hacían ricos intercambiando productos entre los continentes, llegaban al pueblo y se hacían construir grandes casas para lucir su riqueza y el buen estado. Esta situación coincidió con el nacimiento en Cataluña del Modernismo, una corriente que pretendía romper con los criterios tradicionales y buscaba reforzar la naturaleza y el movimiento en la arquitectura. El Ateneo canetenc (1887) fue la primera obra de Domènech y Montaner a Canet en la que se empezaban a ver indicios modernistas. A partir de aquí, la evolución del arquitecto queda patente en las siguientes obras proyectadas al pueblo y se une a la presencia otros arquitectos como su hijo Pere, Josep Puig y Cadafalch y Emili Cabañes entre otros, que han dejado una quincena de obras modernistas.
Este legado ha servido porque el Ayuntamiento de Canet de Mar, junto la unión de tenderos, apueste por un turismo cultural y familiar que explote las bondades arquitectónicas de hace un siglo mediante una Feria modernista. El fin de semana del 13 y 14 de septiembre, la villa maresmenca rebobinará cien años atrás para recuperar el espíritu y el ambiente de principios del siglo XX. "Contamos con un espacio de feria donde habrá 60 paradas con artesanos haciendo talleres que representen como se trabajaba antes", explica Albert Lamana, regidor de promoción económica de Canet de Mar. Como novedad, el edil ha destacado el hecho de poder visitar la cripta del Castillo de Santa Florentina: "es la joya más importante que tenemos y hemos llegado a un acuerdo para abrirla al público de nuevo". Lamana destaca el hecho de poder potenciar la figura de Domènech y Montaner, quien ha hecho "la mayoría de los mejores edificios modernistas en Cataluña". "A pesar de no ser tanto conocido como Gaudí", apunta.
Junto a las paradas que llenarán el centro canetenc, los actos de la feria dan el pistoletazo de salida el viernes, día 12, con una charla llamada "Lluís Domènech y Montaner visto por su familia" y la representación de la auca del arquitecto. Una serie de pasacalles acompañarán todo tipo de acciones teatrales como 'los bañistas', que representando la época se pasearán por el mercado, o números clásicos de circos de principios del siglo XX. Entre esta dinámica habrá también exposiciones modernistas, una feria de pintura y dibujo y la aportación del sector de la restauración, que ofrecerá menús modernistas.
La Casa Roura, primera obra totalmente modernista de Domènech y Montaner, estará unos veinte días ofreciendo un menú de degustación modernista. Este consta de un salpicó y de alcachofa confitada con dulce de champiñón como primeros platos. En los segundo, magret de pato con foie y sipietes con verduras. Los postres, otoño de chocolate, es una mezcla de chocolate y naranja. Junto a este, doce restaurantes más se pondrán a disposición a finales de semana del regreso del modernismo en Canet de Mar.
Paseo por el modernismo
Durante la 1a Feria Modernista se potenciarán las rutas modernistas que Canet de Mar organiza por grupos. La más representativa pasea por el centro histórico del pueblo. Junto al Ateneo Canetenc hay la Casa Roura. Obra de Domènech y Montaner que demuestra la gran evolución desde su primer encargo a este en sólo dos años. La proyección de este actual restaurante y antigua petición de su cuñada está hecho de obra ver, con formas geométricas que le dan volumen a todo el edificio, gárgolas en forma de dragones fantásticos, un balcó de forja con la flor de lis y unos vitrales policromats que la conforman una de las obras más espectaculares de Canet de Mar. El centro cuenta con otras obras modernistas como la reforma de la Masía Rocosa –donde Domènech y Montaner trabajó y dónde hay un museo actualmente- adherida en la casa Domènech y Montaner, Can Puxan – del arquitecto Francesc Fargas y Can Floris –hecho por Pere Domènech. [banner-AMP_5]
El centro histórico cuenta también con otros pecesneoclàssiques, eclécticas, coloniales y neogóticas con diferentes toques del movimiento que empezaba a imperar a principios del siglo XX, como puede ser el Ayuntamiento, proyectado por Emili Cabañas y que cuenta con vitrales con la flor de la pasión y almenas florecidas con motivos heráldicos totalmente modernistas. La historia de Canet de Mar se escribe también mediante detalles modernos en diferentes puntos de la villa. El plafón que defiende las escaleras del Santo Cristo (antigua entrada al poblado marinero del siglo XV) y la Cruz de Pedracastell, un encargo del Papa León XIII para conmemorar el nuevo siglo, son algunos ejemplos. La visita en el Castillo de Santa Florentina, convertida en el siglo XI en una masía fortificada, ampliada en elementos de defensa en el XVI y reformada con un aire medieval a finales del siglo XIX por petición del tío de Domènech y Montaner, cobra interés por la posibilidad de poder visitar la cripta.[banner-AMP_6]
Fina Jubany, que trae ocho años adentrada en la vida del arquitecto canetenc desde la Casa Domènech y Montaner, destaca los vínculos que el autor hace entre sus obras y Cataluña. "Siempre tenía como referente su país, y esto se ve en sus obras como por ejemplo al Palau de la Música, donde están representadas las montañas de Montserrat, una mujer que baja con un vestido folclórico y unas corals catalanas a los pies de la imagen". Otros detalles como la presencia del Dragón de Sant Jordi, citas a Mossen Cinto Verdaguer al Ateneo o el uso de la cerámica de color azul, típica de Cataluña, servía para "tener una parte práctica en la construcción y como piezas simbólicas que recuerdan sus raíces catalanas". [banner-AMP_7]