Los Mossos d'Esquadra pillaron lunes el exalcalde de Sant Andreu de Llavaneres Bernat Graupera, escondido dentro de un aparcamiento de un bloque de pisos de la calle Cerdeña de Barcelona, con la cara tapada y armado con dos cuchillos y un espray pimienta de defensa. Durante la identificación, un vecino del bloque lo reconoció y presentó denuncia a comisaría. Se da la circunstancia que este vecino es el trabajador del Ayuntamiento de Llavaneres con quién Graupera ha vivido un largo litigio judicial y que todavía se arrastra. El 2014, Graupera fue condenado a trece meses de prisión e inhabilitación por haber hecho 'mobbing' a este trabajador, que entonces era director de Urbanismo. Además, recientemente se ha abierto juicio oral por otro caso que enfrenta el exalcalde y el empleado municipal. El juez ha citado ya a las parte porque formalicen sus escritos.
El vecino que lo reconoció al pàrqquing es el mismo que fue víctima de su acoso cuando era Director de Urbanismo de Llavaneres
Según los Mossos d'Esquadra, una patrulla vio un hombre en actitud sospechosa y con la cara tapada que entraba en un aparcamiento. Fruto de esta situación, se lo requirió para identificarlo y le encontraron en una mochila dos cuchillos y un espacio pimienta defiende. El mismo exalcalde reconoce la situación, pero niega que quisiera atacar nadie. Graupera ha explicado que, por cuenta propia, estaba "investigando el patrimonio" del trabajador municipal con el objetivo de demostrar un presunto enriquecimiento ilícito: "Estaba saliendo del parking, la mochila con el espray la tengo desde hace años por protección y no pinché ruedas ni hice daño a nadie". Aún así, los agentes instaron el trabajador municipal a presentar denuncia a la comisaría, cosa que acabó haciendo.
Un enfrentamiento que viene de lejos
El enfrentamiento entre los dos se arrastra desde 2007, cuando Graupera ganó por primera vez las elecciones municipales. La mala relación va llega al extremo que el 2014 un juez de Mataró condenó el ya entonces exalcalde por acoso. Según el juez, Graupera lo apartó "" del trabajo el trabajador con voluntad de "degradarlo moralmente". La sentencia destacaba que las decisiones del alcalde fueron injustificadas y demostraban "el intento de humillar el trabajador", una actitud que "se contradice con los valores que se le exigen a un alcalde".
El mismo exalcalde ha reconocido la situacó pero niega que quisiera atacar nadie. Dice que estaba "investigando el patrimonio" del trabajador municipal
Por otro lado, actualmente se ha abierto juicio oral contra el exalcalde por otro caso relacionado con aquel. Se lo acusa de obstrucción a la justicia por, presuntamente, haber presionado el trabajador porque retirara la denuncia que acabó con la condena del año 2014. La instrucción ya está cerrada y ahora se ha abierto un plazo porque las partes presenten sus escritos.