En Caldes d’Estrac, una entidad trabaja incansablemente para garantizar el bienestar de los gatos callejeros. La Asociación Caldes pels Animals, creada en 2017, se dedica a la gestión de las colonias felinas y a la sensibilización ciudadana para fomentar una convivencia respetuosa con estos animales.
La asociación surgió a raíz de una realidad evidente: la presencia de muchos gatos en el pueblo, a menudo procedentes de abandonos, que se reproducían sin control. “En el pueblo había muchos gatos que podían provenir de abandonos y que con el tiempo fueron proliferando”, explican desde la entidad. Ante esta situación, algunos vecinos empezaron a alimentarlos individualmente, pero pronto vieron que era necesaria una acción coordinada. “Se llegó a la conclusión de que lo mejor era crear una asociación, identificar las distintas colonias y repartir el trabajo de alimentación y cuidado entre las personas dispuestas a hacerlo”.
Actualmente, Caldes pels Animals se encarga de diez colonias de gatos, con un total de unos 100 animales. Su labor incluye localizar y censar las colonias, asignar voluntarios para la alimentación y supervisión de los gatos, y garantizar que los animales reciban atención veterinaria cuando sea necesario. “Ponemos comida, siempre pienso (pienso seco), y agua a la misma hora, principalmente por la tarde. Observamos si hay algún gato sin esterilizar o con algún problema de salud para actuar”.
Una de las principales estrategias que implementa la asociación es el método CER (Captura, Esterilización y Retorno). Este sistema, adoptado por muchas entidades animalistas, permite controlar la población felina de una manera ética y efectiva. “Se hace tanto a machos como a hembras adultas y, en el caso de los pequeños, a partir de los 4-5 meses, tal como recomiendan los veterinarios”. Sin esta acción, la proliferación sería incontrolada: “Hay que pensar que de una sola camada, una gata puede tener cinco gatos o más”. El trabajo de la asociación no está exento de dificultades. “Los problemas vienen de gente a la que no le gustan los animales, protestan si están cerca de su casa, abandonan los suyos, les hacen daño, retiran la comida y cosas similares”, explican desde la entidad. Pero también hay quienes aprecian su labor: “Hay gente que agradece lo que hacemos y nos avisa si hay alguna emergencia”.
Atención veterinaria y apoyo económico
Cuando un gato está enfermo o herido, los voluntarios intentan capturarlo para llevarlo a una clínica veterinaria. “Si no parece muy grave, hacemos una foto y la enviamos a los veterinarios, que nos recomiendan algún medicamento”. Las clínicas con las que trabajan ofrecen precios especiales para entidades animalistas, pero, aun así, los costes son elevados y la subvención municipal no siempre es suficiente. Por este motivo, la asociación busca otras vías de financiación, como las cuotas de socios, el micromecenazgo mediante la plataforma Teaming y la venta de productos en ferias locales.
Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan es el abandono de gatos. “Cuando vemos un gato nuevo en una colonia, sabemos que puede ser un abandono o que se ha escapado de alguna casa”. En estos casos, hacen una foto y la publican en redes sociales para intentar localizar al propietario. La educación y la sensibilización son clave para evitar estas situaciones.[banner-AMP_5]
Desde el principio, la asociación mantiene un convenio con el Ayuntamiento, que les proporciona una subvención anual. Aun así, consideran que la ayuda es insuficiente y recuerdan que la ley de protección animal estipula que la responsabilidad de las colonias de gatos recae en los ayuntamientos.
Mirando hacia el futuro, Caldes pels Animals quiere implicar a la juventud en la protección de los animales. Entre sus iniciativas destaca la creación de un hotel de insectos con la participación de escuelas, excursiones educativas a la Fundación Mona y charlas para concienciar sobre la importancia del respeto hacia los animales. También continuarán organizando ferias y vendiendo material para financiarse.[banner-AMP_6]
Detrás de cada colonia hay historias impactantes. Uno de los casos que más ha conmocionado a la asociación es el de una gata que amamantaba a sus crías en un patio y fue disparada con una pistola de balines. “Quedó parapléjica. Se la quedó una socia con una de las crías. Las otras se pudieron dar en adopción”. También recuerdan el caso de Coal, un gato atropellado que desde noviembre se recupera en una casa de acogida tras una complicada cirugía. A pesar de las dificultades, Caldes pels Animals continúa trabajando para garantizar el bienestar de los gatos callejeros y promover la tenencia responsable. [banner-AMP_7]
Las noticias más importantes de Mataró y Maresme, en tu WhatsApp
- ¡Recibe las noticias destacadas en tu móvil y no te pierdas ninguna novedad!
- Entra en este enlace, haz clic en seguir y activa la campanita