La Diputación de Barcelona probará unas ocho boyas inteligentes para aumentar la seguridad en las playas que no disponen de servicio de salvamento y socorrismo. De entrada, se instalarán cinco en el municipio de Sitges (Garraf) y tres en Sant Pol de Mar (Maresme), que usarán el sistema para monitorizar el estado del mar durante la temporada de baño. Se destinarán unos 12.000 euros, que forman parte de un paquete de más de 900.000 € que se usarán para acciones relativas a la seguridad, pero también para fomentar hábitos de salud en relación a la exposición al sol.
Este proyecto innovador se basa en un sistema de señalización con las boyas de balizamiento que delimitan la zona segura de baño y navegación. Se introducen unos sensores en las boyas amarillas, situadas a 200 metros de la línea de costa, que recogen el estado del mar en tiempo real y una serie de parámetros medioambientales, como son el día, la posición, la temperatura, la altura de las olas o el origen y sentido de la corriente, entre otros.
A partir de aquí, clasifica la peligrosidad de las olas en función de su altura y el sistema determina, de manera automática, si el baño es apto. No lo es cuando la ola es de una altura superior a los 1,8 o 2 metros.
El sistema cuenta con un portal web para la monitorización y la configuración, así como también con una app que transmitirá los datos en tiempo real a los dispositivos móviles del personal municipal. Así, los ayuntamientos participantes podrán decidir como transfieren la información en los webs municipales.
El dispositivo permite dotar a los ayuntamientos de información precisa y sistemática del estado del mar en playas no vigiladas, puesto que habitualmente los servicios de socorrismo lo obtienen de manera visual. Una vez terminada la temporada de baño, se evaluará la utilidad de este sistema de cara a los ayuntamientos, a los servicios de socorrismo y la ciudadanía.