El Departamento de Territorio y Sostenibilidad ha impulsado un proyecto "de emergencia" para reparar los talussos de un tramo de 13 kilómetros de la N-II a su paso por el Maresme, concretamente entre Caldes de Estrac y Calella , donde el último medio año ha habido varios desprendimientos cuando se han acumulado lluvias fuertes.
La Generalitat prevé hacer un estudio geotècnic de las causas que provocan la inestabilidad de los talussos. En función de la morfología de cada talud, de su evolución y distancia a la calzada, el Territorio y Sostenibilidad valorará la solución para cada caso. La Generalitat señala que el proyecto tendrá que prever la expropiación del dominio público de los terrenos, puesto que algunos se encuentran en ámbito de titularidad municipal o privada.
Entre las medidas de estabilización que se estudiarán implementar hay el saneamiento y/o la colocación de mallas, la estabilización con pernos y red de cables, la inyección de gunita de forma local, el saneamiento de bloques inestables, muros, pantallas dinámicas, entre otros.
El secretario de Infraestructuras y Movilidad, Isidre Gavín, ha firmado el proyecto para empezar el estudio, el cual se añade al anunciado la semana pasada consistente en la licitación, por primera vez, de doce contratos de mantenimiento de estructuras y activos geotècnics.
Los contratos anunciados suman cerca de 60 MEUR y forman parte de la inversión de 430 MEUR que el Departamento de Territorio y Sostenibilidad ha destinado a la mejora continuada de la red durante un periodo de cuatro años.
El último desprendimiento, entre Santo Pol y Calella
El pasado jueves día 23 de abril hubo un fuerte desprendimiento de tierras sobre la N-II la altura del faro de Calella, situado entre esta población y Sant Pol de Mar. La carretera N-II quedó tajada entre estas dos poblaciones durante varias horas y obligó a hacer desvíos señalizados.