Si uno de los quintos premios de la Lotería de Nadal cayó a una administración del barrio de Rocafonda, en Mataró, hoy la suerte ha vuelto a visitar la comarca del Maresme. La administración número 1 de Sant Pol de Mar ha vendido 36 de las 40 series del número 56.139, que ha obtenido el primer premio del sorteo de la lotería del Niño, y ha repartido 57,6 millones de euros entre la población de esta localidad costera de la comarca del Maresme.
La administración, abierta desde 1987 y que nunca había vendido la Gorda de ningún sorteo, a pesar de que hace tres años sí que distribuyó una parte de un tercer premio de la lotería de Nadal, está situada en una céntrica calle de esta localidad y comparte la venta de lotería con la expedición de tabaco, diarios y revistas.
Su propietaria, Maria Rosa Nualart, ha confirmado a EFE que ha vendido 36 de las 40 series del primer premio puesto que volvió las cuatro restantes en no encontrar comprador, por lo cual en total ha repartido 57,6 millones de euros entre 360 personas, puesto que cada comprador se llevaba normalmente un décimo, premiado cada uno de ellos con 160.000 euros.
"Ha sido muy repartido porque la gente compraba normalmente un décimo", ha indicado Maria Rosa Nualart, que ha insistido que "todo el número se ha vendido en el pueblo y en ventanilla". "Todavía no me lo creo porque pasaban los años y pensábamos que nunca daríamos la suerte", ha señalado la propietaria, premiada también porque se quedó con un décimo y que piensa invertir el premio a "ampliar la administración y colocar un reloj".
El reloj es el símbolo de Sant Pol de Mar puesto que la leyenda dice que sus ciudadanos instalaron un reloj de solo y lo taparon con un teuladell para protegerlo de las inclemencias del tiempo, de forma que los vecinos de los pueblos adyacentes preguntaban con sorna: "Santo Pol, qué hora es?".
Un millar de personas se han congregado, sólo celebrarse el sorteo, ante la administración número 1 de Santo Pol, donde no ha faltado el cava y las muestras habituales de alegría puesto que quien no ha sido premiado tiene un familiar al cual le ha tocado la lotería.
Así, el alcalde del municipio, Manuel Monbiela, que también ha sido premiado porque tenía un décimo, ha dicho estar "muy contento porque este premio ha tocado a todo el pueblo, un pueblo de gente trabajadora y de clase mediana-alta, pero sin grandes hoteles ni discotecas".
"Mucha gente del pueblo trabaja fuera y esta inyección de dinero podría animar la economía local y hacer que la gente vuelva a Santo Pol", ha señalado el alcalde de esta localidad utilizada también por muchos barceloneses como segunda residencia por su proximidad a la capital catalana.
Otros de los premiados han sido la rebostera y la cocinera del famoso restaurante Santo Pau, de Carme Ruscalleda, que está de viaje y, por lo tanto, se desconoce si ha sido premiada, a pesar de que el personal de su establecimiento mostraba su décimo premiado y anunciaba que abrirían esta tarde a las 18.30 horas para celebrar "una gran fiesta".
De su banda, otra premiada, Maria Rosa Vergés, ha comentado que "sólo me había tocado una vez el cupón de la ONCE, y fue hace 12 años, pero la cantidad fue tan pequeña que sólo me pude comprar un abrigo".
Así mismo, otro premiado vecino de Santo Pol, Joan Parera, explicaba que escogió un número acabado en 39 porque "era el año en qué acabó la Guerra Civil y mi padre me hablaba siempre", además de apuntar que pensaba repartir el premio "entre mi familia".
La casualidad, por otro lado, ha traído la suerte fuera de Santo Pol gracias al intercambio de números entre los compradores, como es el caso de José Luis Otero, que dio un décimo del 56.139 a su hermana, propietaria del bar de la Facultad de Bellas artes de la Universitat de Barcelona. Eso sí, todos los premiados comentaban con la sonrisa a la boca que "no es mucho dinero" pero lo utilizarán "para tapar agujeros y para repartirlo entre la familia".
La administración, abierta desde 1987 y que nunca había vendido la Gorda de ningún sorteo, a pesar de que hace tres años sí que distribuyó una parte de un tercer premio de la lotería de Nadal, está situada en una céntrica calle de esta localidad y comparte la venta de lotería con la expedición de tabaco, diarios y revistas.
Su propietaria, Maria Rosa Nualart, ha confirmado a EFE que ha vendido 36 de las 40 series del primer premio puesto que volvió las cuatro restantes en no encontrar comprador, por lo cual en total ha repartido 57,6 millones de euros entre 360 personas, puesto que cada comprador se llevaba normalmente un décimo, premiado cada uno de ellos con 160.000 euros.
"Ha sido muy repartido porque la gente compraba normalmente un décimo", ha indicado Maria Rosa Nualart, que ha insistido que "todo el número se ha vendido en el pueblo y en ventanilla". "Todavía no me lo creo porque pasaban los años y pensábamos que nunca daríamos la suerte", ha señalado la propietaria, premiada también porque se quedó con un décimo y que piensa invertir el premio a "ampliar la administración y colocar un reloj".
El reloj es el símbolo de Sant Pol de Mar puesto que la leyenda dice que sus ciudadanos instalaron un reloj de solo y lo taparon con un teuladell para protegerlo de las inclemencias del tiempo, de forma que los vecinos de los pueblos adyacentes preguntaban con sorna: "Santo Pol, qué hora es?".
Un millar de personas se han congregado, sólo celebrarse el sorteo, ante la administración número 1 de Santo Pol, donde no ha faltado el cava y las muestras habituales de alegría puesto que quien no ha sido premiado tiene un familiar al cual le ha tocado la lotería.
Así, el alcalde del municipio, Manuel Monbiela, que también ha sido premiado porque tenía un décimo, ha dicho estar "muy contento porque este premio ha tocado a todo el pueblo, un pueblo de gente trabajadora y de clase mediana-alta, pero sin grandes hoteles ni discotecas".
"Mucha gente del pueblo trabaja fuera y esta inyección de dinero podría animar la economía local y hacer que la gente vuelva a Santo Pol", ha señalado el alcalde de esta localidad utilizada también por muchos barceloneses como segunda residencia por su proximidad a la capital catalana.
Otros de los premiados han sido la rebostera y la cocinera del famoso restaurante Santo Pau, de Carme Ruscalleda, que está de viaje y, por lo tanto, se desconoce si ha sido premiada, a pesar de que el personal de su establecimiento mostraba su décimo premiado y anunciaba que abrirían esta tarde a las 18.30 horas para celebrar "una gran fiesta".
De su banda, otra premiada, Maria Rosa Vergés, ha comentado que "sólo me había tocado una vez el cupón de la ONCE, y fue hace 12 años, pero la cantidad fue tan pequeña que sólo me pude comprar un abrigo".
Así mismo, otro premiado vecino de Santo Pol, Joan Parera, explicaba que escogió un número acabado en 39 porque "era el año en qué acabó la Guerra Civil y mi padre me hablaba siempre", además de apuntar que pensaba repartir el premio "entre mi familia".
La casualidad, por otro lado, ha traído la suerte fuera de Santo Pol gracias al intercambio de números entre los compradores, como es el caso de José Luis Otero, que dio un décimo del 56.139 a su hermana, propietaria del bar de la Facultad de Bellas artes de la Universitat de Barcelona. Eso sí, todos los premiados comentaban con la sonrisa a la boca que "no es mucho dinero" pero lo utilizarán "para tapar agujeros y para repartirlo entre la familia".