Vecinos de la parte baja de la Riera del Bisbe Pol, en el casco antiguo de Arenys de Mar, llevan tiempo conviviendo con noches de gritos, peleas y comportamientos incívicos que, según explican, se han intensificado en los últimos dos años. Así lo relata el portal ElCaso.cat, que ha recogido varios testimonios preocupados por una situación que, lejos de mejorar, aseguran que “va a más”. Los vecinos señalan como punto crítico un bar musical de la zona, capaz de atraer a personas llegadas de fuera del municipio y que, en muchos casos, terminan en la sala de apuestas próxima. Según explican algunos de los afectados, en este entorno se ha normalizado el consumo de sustancias en la vía pública: “Antes se escondían; ahora lo hacen directamente en una caseta de la ONCE”, lamentan.
A pesar de esta percepción generalizada de inseguridad, el Ayuntamiento defiende que los datos oficiales indican una reducción de la actividad delictiva en el municipio. Fuentes municipales atribuyen el malestar vecinal no tanto a delitos concretos, sino a la presencia de “personas sin hogar con problemas de salud mental” que, afirma el consistorio, pueden generar “ocupación del espacio público y actitudes incívicas” que afectan a la convivencia.
Para frenar estas conductas, el Ayuntamiento ha explicado a ElCaso.cat que se han reforzado los dispositivos policiales con vigilancias en puntos sensibles, aunque advierten de que una presencia demasiado constante puede terminar generando “una falsa sensación de inseguridad”. También recuerdan que habían pedido a la Generalitat recuperar las competencias para sancionar locales de ocio nocturno, una petición finalmente rechazada. El objetivo era poder actuar con mayor contundencia en aquellos establecimientos donde las incidencias violentas son recurrentes.
Los incidentes, sin embargo, no se limitan al exterior. Según los testimonios consultados por ElCaso.cat, en las últimas semanas se han producido peleas dentro de algunos locales, hecho que ha requerido la intervención tanto de la Policía Local como de los Mossos d'Esquadra, que han prestado apoyo con patrullas puntuales.
Desde el consistorio insisten en que “la seguridad no solo se mide en cifras, también en sensaciones”, una afirmación que encaja con el relato de los vecinos, que aseguran que “a partir de las once o las once y media de la noche, mucha gente evita pasar por esta parte de la Riera” porque “da miedo”.