Estrella Vergara estudió ingeniería química en Barcelona, concretamente en el Instituto Químico de Sarriá. El último año de carrera no tenía muy claro qué sector le gustaba más y donde podría encontrar trabajos más interesantes para iniciarse en el mundo laboral. Es por eso que esta mataronina, que ahora ya tiene 26 años, decidió dar un paso más allá y cruzar barreras. Fue entonces cuando decidió probar suerte y pedir prácticas para estudiantes al CERN, el Centro Europeo por la Investigación Nuclear. "Me aceptaron y no dudé" recuerda la joven, que explica que "era una oportunidad única y tenía muchas ganas de empezar una aventura nueva". Ahora ya hace 3 años que Estrella vive y trabaja a Ginebra, en Suiza, se ha adaptado a la perfección y todavía parece que no tiene intención de volver.
Qué haces allá exactamente?
Trabajo al CERN, Centro Europeo por la Investigación Nuclear. El objetivo que tiene esta organización es investigar la física más fundamental a partir de aceleradores de partículas. Mi grupo de trabajo en concreto se dedica en la planificación y coordinación de todas las actividades que se tienen que realizar cuando estos aceleradores se encuentran en parada técnica.
Cómo es tu día a día?
Trabajo a jornada completa pero hacia las 18-19h normalmente ya soy fuera del trabajo, así que aprovecho para quedar con mis amigos para tomar algo, hacer la compra o ir a clases de yoga. A pesar de que la ciudad no sea la más festera de todas las que he visitado, siempre hay algo a hacer puesto que somos mucha gente de fuera que hemos venido a trabajar a alguna organización internacional.
Te has adaptado bien?
Soy muy afortunada. Me encanta mi trabajo, las condiciones que este tiene, me gusta la vida a Ginebra y la adaptación en el nuevo país ha sido bastante fácil. Cómo que hay tanta comunidad internacional, fue fácil entenderse con la gente, a pesar de que a a el llegar no hablaba francés, la lengua con más presencia.
Qué es el que más te ha sorprendido?
La comunidad internacional, sin duda. Yo estaba acostumbrada a qué todo el mundo fuera de Mataró, Barcelona o de cerca. En cambio, al llegar aquí comprobé que aquí todo el mundo es de países diferentes y es muy divertido poder convivir con diferentes culturas e idiomas.
Cuáles son las principales diferencias?
Sobre todo los horarios. No sólo a la hora de comer o cenar, también los de las tiendas y bares. Aquí todo cierra muy temprano. Al final te acabas acostumbrando pero me continúa gustando mucho más el sistema español. A nivel social hay diferencias, pero sobre todo porque todo el mundo viene de un país diferente y al final todo acaba siendo una mezcla curiosa.
Alguna anécdota?
Cómo decía, aquí los horarios son sagrados. Hasta tal punto que un día no encontraba el monedero con toda la documentación, recorrí tres comisarías y todas eran cerradas porque era sábado y los fines de semana no se trabaja.
Qué echas de menos?
Creo que no seré muy original, pero tengo que decir que el buen tiempo. Un lago nunca sustituirá el Mediterráneo... Añoro también la comida de casa, los lomos de los Frankfurts de la Riera o los helados de la Granja Caralt, pero no lo puedo tener todo!
Sigues conectada en Mataró?
Sí, bien es verdad que tengo mucho contacto con mis amigos y familiares. Hablo mucho con todos ellos por el móvil y, gracias a Internet, es sencillo ver qué pasa en Mataró. Creo que estoy bastante más informada de la actualidad ahora que cuando vivía a allá y sólo hacía que estudiar e ir arriba y abajo.
Volverás algún día?
No sé qué me depara el futuro pero, si no es aquí, el mundo es muy grande. Mataró se queda como lugar de vacaciones.