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Jordi Surinyach

A quien le asusta el debate?

La respuesta del PSC negándose al frente a frente propuesto por CIU, se casi de manual. El argumento que utiliza es que todo el mundo tiene el derecho a exponer su programa electoral y confrontarlo a través de un debate que esté todo el mundo. Afirmación cierta si no fuera que mujer por hecho que la confrontación entre varios excluye la de dos. Teóricamente cualquier cabeza de lista puede ser alcalde, pero no hay que ser muy espabilado para saber que las probabilidades reales se limitan a sólo los señores Baron y Mora por el que los mataronins tendríamos que tener el derecho a poder comprobar las diferencias en las prioridades de los dos candidatos llamados a presidir el salón de plenos. La apuesta del PSC se clara: o no debatir o debatir con todas las cabezas de lista, con el objetivo de no dar al principal contrincante el carácter de alternativa. Por lo tanto nos proponen el debate coral, cuanto más polifónico mejor. Hacerlo con los seis grupos municipales, es donde Baron puede recibir las matizadas críticas de sus actuales dos socios de gobierno y los ataques de los tres candidatos restantes con argumentario muy diferente. Continuará así enviando una imagen de líder que está por encima de todos y así no se favorecerá la posibilidad del cambio y el alternància. El PSC ha tomado una decisión por estrategia electoral, del todo legítima, por eso no tiene ningún sentido la razón "eclesial" que hipócritamente exhibe. Los mataronins nos tendríamos que preguntar que se el que nos interesa. A buen seguro la respuesta de muchos sería la de saber si habrá cambio o continuidad. Si se así sólo dos candidaturas pueden dar respuesta. Hagan los candidatos los debates plurales que quieran, pero sin el frente a frente, Baron-Mora, nos tendremos que preguntar si en una democracia municipal donde el debate a dos (sin excluir las otras) es capdal, su ausencia no acaba para malograr un de sus más principales fundamentos.