El arquitecto mataroní Agàpit Borràs opina que el Ayuntamiento y el Consejo Comarcal tienen que hacer crecer Mataró con una visión supramunicipal. Así lo manifestó a la charla titulada El crecimiento de Mataró, al límite que ofreció viernes al atardecer al Casal Nueva Alianza, un acto organizado por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Mataró de la cual Borràs es miembro.
Borràs explicó que los planos directores del territorio trazados por la Generalitat señalan, a través de una visión supramunicipal de Cataluña, la idoneidad de formar sistemas urbanos alrededor de las ciudades para favorecer el crecimiento sostenible de estos núcleos. Los alcaldes de Mataró, Argentona y Cabrera tendrían que propiciar la unión de los municipios y mancomunarse como sistema urbano alrededor de la zona industrial que comparten al camino del Cros, dijo Borràs. Según el arquitecto, pero, la situación actual del país plantea una dicotomía ante los planos directores: hay una Cataluña moderna que plantea una visión supramunicipal del territorio, pero la fragmentación municipal individualista en la que todavía nos encuentra arraigados entorpece traer esta propuesta a la realidad. Nuestra ciudad ha puesto en marcha proyectos de cooperación internacional como Mataró ciudad abierta al mundo; ojalá hubiera la misma solidaridad entre los municipios vecinos, añadió.
En cuanto al urbanismo local, Borràs explicó que Mataró es capital catalana que ha agotado más el suelo urbanizable. A la FAVM nos preocupa que se invadan terrenos agrícolas para externalizar el crecimiento de la ciudad con la construcción de los equipamientos públicos que el casco urbano necesita, manifestó. Mataró sólo puede crecer, hoy por hoy, de forma internalitzada dentro de sus límites. Parece que el único camino para crecer se encuentre al invadir la zona de las Cinco Sènies, pero de momento, y afortunadamen, se han declarado zona no urbanizable, concretó.
A ojos de Borràs, el problema es que en la ciudad se llevan a cabo actuaciones urbanísticas fragmentadas que no permiten la creación de una visión y un plan global arquitectónicos. Mataró quizás no traspasa los límites urbanizables, pero aumenta la densidad con la altura de los edificios de nueva construcción, dijo. El arquitecto también incluyó la sustitución vertiginosa de las casas de cós dentro de estas actuaciones: En el centro se están derrocando las casas para hacer bloques de cuatro viviendas, muy a menudo sin pàrking. Este hecho incrementa la presencia de coches a la calle, que ahora ya es bastante densa, reflexionó.
Agàpit Borràs también criticó la llegada de un establecimiento del Corte Inglés a la ciudad. Es un error construïr-lo Ronda Barceló porque no cabe: la zona ya está bastante colapsada, comentó. Para el arquitecto, una actuación arquitectónica contundente sobre el edificio del mercado de la Plaza de Cuba sería suficiente para revitalizar el comercio urbano. El comercio mataroní no tiene que depender tanto de los grandes centros comerciales. Al fin y al cabo, el Mataró Park nos ha sacado los cines de dentro de la ciudad, señaló.
Segregación social
Como vecino de Rocafonda, Agàpit Borràs planteó el problema estructural más gréu que sufre el barrio a estas alturas. Hay escaleras en qué todos los vecinos son de una misma etnia, de forma que los barrios periféricos podríen acabar convirtiéndose en ghettos de inmigrantes. Por este motivo, el arquitecto hizo un llamamiento en el Ayuntamiento porque compre algunos de las viviendas del barrio que quedan libres. Se trata de una iniciativa que se ha hecho en otras ciudades, y así el consistorio tendría capacidad de equilibrar los vecinos de diferentes etnias a cada edificio y evitar la segregación social, concluyó.
Borràs explicó que los planos directores del territorio trazados por la Generalitat señalan, a través de una visión supramunicipal de Cataluña, la idoneidad de formar sistemas urbanos alrededor de las ciudades para favorecer el crecimiento sostenible de estos núcleos. Los alcaldes de Mataró, Argentona y Cabrera tendrían que propiciar la unión de los municipios y mancomunarse como sistema urbano alrededor de la zona industrial que comparten al camino del Cros, dijo Borràs. Según el arquitecto, pero, la situación actual del país plantea una dicotomía ante los planos directores: hay una Cataluña moderna que plantea una visión supramunicipal del territorio, pero la fragmentación municipal individualista en la que todavía nos encuentra arraigados entorpece traer esta propuesta a la realidad. Nuestra ciudad ha puesto en marcha proyectos de cooperación internacional como Mataró ciudad abierta al mundo; ojalá hubiera la misma solidaridad entre los municipios vecinos, añadió.
En cuanto al urbanismo local, Borràs explicó que Mataró es capital catalana que ha agotado más el suelo urbanizable. A la FAVM nos preocupa que se invadan terrenos agrícolas para externalizar el crecimiento de la ciudad con la construcción de los equipamientos públicos que el casco urbano necesita, manifestó. Mataró sólo puede crecer, hoy por hoy, de forma internalitzada dentro de sus límites. Parece que el único camino para crecer se encuentre al invadir la zona de las Cinco Sènies, pero de momento, y afortunadamen, se han declarado zona no urbanizable, concretó.
A ojos de Borràs, el problema es que en la ciudad se llevan a cabo actuaciones urbanísticas fragmentadas que no permiten la creación de una visión y un plan global arquitectónicos. Mataró quizás no traspasa los límites urbanizables, pero aumenta la densidad con la altura de los edificios de nueva construcción, dijo. El arquitecto también incluyó la sustitución vertiginosa de las casas de cós dentro de estas actuaciones: En el centro se están derrocando las casas para hacer bloques de cuatro viviendas, muy a menudo sin pàrking. Este hecho incrementa la presencia de coches a la calle, que ahora ya es bastante densa, reflexionó.
Agàpit Borràs también criticó la llegada de un establecimiento del Corte Inglés a la ciudad. Es un error construïr-lo Ronda Barceló porque no cabe: la zona ya está bastante colapsada, comentó. Para el arquitecto, una actuación arquitectónica contundente sobre el edificio del mercado de la Plaza de Cuba sería suficiente para revitalizar el comercio urbano. El comercio mataroní no tiene que depender tanto de los grandes centros comerciales. Al fin y al cabo, el Mataró Park nos ha sacado los cines de dentro de la ciudad, señaló.
Segregación social
Como vecino de Rocafonda, Agàpit Borràs planteó el problema estructural más gréu que sufre el barrio a estas alturas. Hay escaleras en qué todos los vecinos son de una misma etnia, de forma que los barrios periféricos podríen acabar convirtiéndose en ghettos de inmigrantes. Por este motivo, el arquitecto hizo un llamamiento en el Ayuntamiento porque compre algunos de las viviendas del barrio que quedan libres. Se trata de una iniciativa que se ha hecho en otras ciudades, y así el consistorio tendría capacidad de equilibrar los vecinos de diferentes etnias a cada edificio y evitar la segregación social, concluyó.