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Francesc Masriera

Ahora es hora!

Hace unas semanas en Jordi Surinyach escribía que en todo el país se veían más estelades que nunca y pronosticaba que más se verían en adelante. Evidentemente no se equivocaba y los hechos posteriores, a pesar de pese a aquellos que querrían vernos por siempre jamás más sometidos y mesells, le han dado la razón abasto.

En este sentido, los vecinos y las vecinas de la calle Cristina no hemos querido quedar al margen de la oleada que anunciaba en Jordi y de un tiempo acá, sobre todo a raíz de la Fiesta de este año, hemos llenado -espontáneamente, sin que hubiera hecho falta hablar- la calle de banderas y estelades. Sólo hay que pasar para comprobar que, de entonces acá, la calle hace más gozo que nunca: banderas y estelades colgadas a los balcons de una calle pequeña como el nuestro hacen que contemplar ahora las fachadas sea especialmente gratificante.

Obviamente, la calle Cristina no es la única calle de Mataró donde, de acá la Fiesta, las banderas y las estelades continúan colgadas a los balcons esperando el día en que los catalanes y las catalanas podremos decidir, a pesar de amenazas y coacciones, el futuro que queremos por nuestro país. Por eso, la decisión de nuestro Ayuntamiento de votar, por primera vez en la historia, a favor que los ciudadanos de Cataluña podamos ejercer el derecho en la autodeterminación es una excelente noticía. La "casa de todos" no podía restar al margen del latido por el derecho a decidir que, en este momento histórico, nos hace estar tanto ilusionados y esperanzados. Quién dice que el Ayuntamiento no se ocupa de aquellas cosas que importan a los ciudadanos?

Más allá de la joya de vivir este momento tanto importante, de tocar la historia -como decía no hace mucho Pilar Rahola-, me entristece profundamente constatar que más de treinta años de democracia no han servido para impregnar de convicciones democráticas los políticos y los medios españoles. De las barbaridades que han llegado a decir durante estas últimas semanas se podría escribir más de un libro. Cómo es posible que en pleno siglo XXI continúen comportándose de manera tanto irracional? Como maridos posesivos, decía no hace mucho en Sala y Martin en un artículo publicado a La Vanguardia.

La primera vez que fui a Sarlat, al Perigòrd, supe de la existencia de Étienne de La Boétie, el íntimo amigo de Michel de Montaigne. En la que es su obra más importante, La servidumbre voluntaria, La Boétie dice -y en esto rae, según los expertos, su carácter innovador- que la servidumbre de los pueblos es voluntaria, incluso en aquellos casos en qué son maltratados. Le daremos la razón? Durante estos próximos tiempos (primero en las próximas elecciones y después mediante un referéndum) tendremos la oportunidad de demostrar que este no es nuestro caso. O continuaremos serviles, tal como quieren el PPC, el PSC y Ciudadanos, en el gobierno español de turno?