Hace un sol que chasquea en el Parque de Mataró y los firaires y montadores sudan de lo lindo el tocino. Poco a poco van tomando forma las diferentes atracciones y cualquier pequeña acción de montaje es único, artesanal y auténtico. Hierros, piezas, tornillos y falcas de madera. Cada atracción se despliega desde dentro de los grandes remolques y algunas parecen las tiendas de campaña estas de ahora que en un momento se despliegan pero que el día de recoger debe de ser un auténtico dolor de cabeza. "Yo hace más de 40 años que vengo a Mataró, la gente ya me conoce más que al Alcalde y todo", dice enriolat uno de los veteranos que prefiere cogerse con filosofía todo el que han sido estos meses sin poder trabajar.
La experiencia lo acredita cuando se le pregunta por las expectativas: "Al menos este año no lloverá viniendo más tarde del normal", dice. Y explica anécdotas de cómo bajaba el Corregiment cuando se hacía la feria y hacía un aguacero de los habituales por la segunda Pascua. Este año lloverá?
El montaje de la Feria. Foto: R. Gallofré
Muchos firaires han tenido que renovar su personal, los antiguos se tuvieron que buscar nuevo trabajo
El prototipo de firaire es bastante específico. Tiene la dureza del montar, el desmontar, el hacer nómada al rostro pero un tipo de sonreír más proclive a la comisura que, por ejemplo, el tendero tipo. Prefieren ser optimistas o, cuando menos, no tienen más remedio. Todos y cada uno hablan y repiten que han sido parados 18 meses pero prefieren pensar en viernes, cuando abren. Y esperan que la gente esté. "Mataró es una de las ferias especiales, lástima que se verá vacío pero sobre todo decidle a la gente que venga, que repita…".
Montar 18 meses después
Mirarse las diferentes atracciones cómo evolucionan en paralelo es un ejercicio hipnótico. El que tiene que ser el Látigo (una de las atracciones más históricas, de funcionamiento incluso rupestre) poco a poco gana la pista pero su responsable tiene que estar en cada uno de los detalles porque la tropa de trabajadores es nueva. "Toda la gente que teníamos está en la fábrica, se han tenido que buscar la vida de nuevo. Todos los nuevos tienen que aprender de nuevo", explica.
Las atracciones encarcarades después de un año y medio y un punto de incertidumbre por el que será y por cómo puede continuar la temporada, todo ello va tomando forma. Por curiosa y nueva, la imagen de tablas para sentar a comer coco del rajolí de agua, creps o algodón de azúcar. El Procicat manda y la Feria dispone.
Una Feria contra la Covid. Foto. R. Gallofré