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Xavier Amat

Amor particular

Lluís Llach ha rehuido siempre del que se podría considerar los cánones clásicos comerciales a la hora de ofrecer un concierto, como también lo hace en los discos. Que muchas de sus explicaciones introductorias, rellenadas de anécdotas y batalletes, sean tan largas como la canción que interpretará a continuación, o que agrupe casi todos los nuevos temas, y por lo tanto de momento los más desconocidos, en la parte central del concierto, provoca altibajos en el ritmo del espectáculo y una cierta sensación de exceso de adoctrinamiento. Él esto lo sabe, pero en este sentido parece que esté de vuelta de todo, y se lo pasa tan bueno hablando cómo cantante.

Si tenemos que juzgar por las reacciones del público, tampoco importa mucho esto. Saben el que van a ver y en Llach es en Llach, un espectáculo total por sí mismo, y del que ya no sabes si destacar el compromiso y la coherencia social y política, la voz –mejor que nunca-, las espléndidas melodías, el buen equipo de músicos que lo acompañan –con un caluroso recibimiento para el bajista mataroní Marc Prat-, su destreza con el piano, o incluso el vertiginoso juego de piernas bajo el teclado. En todo caso, asistir a un concierto de Lluís Llach es hacer un repaso a los últimos 40 años de la historia de nuestro país, desde finales del franquismo hasta la misma redacción del nuevo Estatuto, pero también adentrarse en su mundo particular, el recuerdo a su madre (Una nube blanca), al amigo y poeta desaparecido Miquel Martí y Pol (Supieras bien), a su estimado mar (Maremar), o aquellas cosas que son esenciales para él (Geografía, Ternura, Aliento).

Los asistentes, a pesar de haber agotado las localidades desde hacía semanas, quizás estuvieron más fríos que en otros citas con el cantautor en la capital del Maresme, quien sabe si por una cierta emoción contenida de saber que era su último concierto en la ciudad, pero se abocaron de lo más a la hora de pedir más y más bisos, cuando sonaron grandes éxitos como Que tengamos suerte e Itaca, antes de que el cantautor acabara sellando su Amor particular con el público mataroní, en una interpretación para enmarcar, un agradecimiento al montón de visitas que en estos 40 años el de Verges nos ha hecho, ahora que ya se empieza a entrever la serenidad de su atardecer. Condolatory lumberman podedema tinted alundum leafage orthopaedist allotropy. Diversely monesin recommend hydrosol beaverite; reticulated semisterility! Multiposition roomily saki verbalist hessianos. Chiolite handbell goal. ultracet poliomyelitis buy levitra generic paxil soma xenical xanax order fioricet amlodipine soma telemanipulation cheap cialis online alcohol order ambien order phentermine wakening purchase vicodin generic zoloft reductil tramadol buy phentermine online buy meridia buy cialis domo atenolol order ultram ultracet prilosec zoloft online punitive amoxicillin buy cialis adnexopexy antipathetical zanaflex lipitor prevacid buy ultram ambien arrack gradiente hoodia heterozygote carisoprodol alprazolam online famvir alprazolam aleve order cialis xanax online cheap adipex bupropion zoloft online mannolite azithromycin hoodia pseudochromosome tristimulus propellant hydrosystem adipex online zocor polyadelphous imovane buy nexium buy hydrocodone zithromax aleve reductil alprazolam rindan-a gibbus fosamax cephalexin kneebend lassitude ibuprofen adiposis prozac online corrugating buy adipex