Ninguno otro organismo ha generado tantos titulares durante el 2016 en Mataró como el Consorcio Sanitario del Maresme. Manifestaciones en contra de los recortes, quejas por parte de los trabajadores sobre la saturación de los servicios hospitalarios, el futuro del sociosanitario al aire y unas relaciones más que tensas entre el Ayuntamiento y el departamento de Salud de la Generalitat. El consejero Toni Comín ha intentado cerrar a finales de año este capítulo anunciando que se descartaba el traslado del Santo Jaume y prometiendo inversiones para el 2018 en ámbitos como el bloque quirúrgico, la unidad de cirugía sin ingreso, el nuevo hospital de día oncológico o el área de rehabilitación. Comín, pero descartaba así la petición de los Ayuntamientos de una inversión urgente de 10,7 millones para renovar equipamientos considerados obsoletos.
La propuesta de la Generalitat, pero, no calmó los ánimos de consistorios como el mataroní, que lo consideraron una propuesta trampa puesto que, en palabras de su regidor de Salud, la inversión anunciada no tiene nada de extraordinario, sino que ya estaba previamente programada. Poco se ha avanzado, por lo tanto, para paliar las continúas topadas entre las dos administraciones, que se evidenciaron el mes de junio cuando el alcalde, David Boto, dejó plantado el consejero de Salud en su visita al Hospital de Mataró.
Mientras tanto, los trabajadores hicieron saltar las alarmas en agosto denunciando que la sobrecarga laboral que sufren y el estado precario que vive el centro, intervenido por la Generalitat desde el año pasado por haber registrado déficit el 2014 , los está abocando a una situación "inaceptable e insostenible". El gerente del Consorcio, Ramon Cunillera, negó que la situación fuera tan dramática. Según él, el Hospital en ningún momento ha llegado a la situación de colapso, y también negó que haya aparatos en riesgo de estropearse. "Que acabe su vida útil no quiere decir que sean inservibles", aseguró.
Muerto por enterovirus
Un niño de sólo tres años muere el 19 de junio al servicio de Urgencias del Hospital de Mataró. El niño tenía enterovirus, pero no se puede confirmar que esta sea la causa de su muerte, según el departamento de Salud. El niño entró el mismo día al recinto y murió al poco de sufrir una parada cardiorespiratoria, sin que se pudiera hacer nada para reanimarlo.
El Hospital de Mataró también es noticia este año por la condena a pagar 64.700 euros a la familia de una abuela de 90 años que murió al recinto hospitalario después de que no se le detectara a tiempo una hemorragia cerebral. Según la sentencia de la magistrada, el equipo médico no sometió la paciente a las pertinentes pruebas neurológicas que aconsejaban los síntomas que presentaba, sino que se limitaron a aplicarle medidas paliativas.