Después de un primer año pandèmic que tendió a la desertización cultural, Mataró ha recuperado la calle este 2021. No ha sido un año normal y las normas y protocolos de la Covid, junto con sus idas y venidas, han obligado a promotores, entidades y ayuntamientos a reinventarse para no perder un segundo año seguido. En este contexto, la vida pública ha vuelto de manera versionada, adaptada. Todavía pandèmica.
Ha habido mucha vida pública que no se ha podido recuperar, cómo la verbena de San Juan, los grandes actas de Las Santas, los Reyes o las procesiones pero a la otra banda de la balanza se pudo hacer Feria cerrando el recinto, la Fiesta Mayor contó con una programación descentralizada, la polémica medida de entradas a un euro, algunas sesiones canceladas y apuestas e instantáneas que se recordarán cómo el espectáculo 'Único' con Llibert Fortuny y las figuras haciendo doce pases o los fuegos descentralizados de forma extraordinaria y disparados de cuatro puntos diferentes de la ciudad.
LA FOTO: Sant Jordi, en abril, sin paradas de rosas de entidades a la calle, fue la primera cita festiva que se reinventó. En la foto, la Fogonada, reformulada cómo un espectáculo. Foto: R.Gallofre
Sant Jordi, Carnaval, fiestas diversas son algunos de los otros elementos que han buscado la complicidad de un público ávido de recuperar los rituales que hacen avanzar el calendario. Por norma general, los mataronins han agradecido la apuesta para mantener el temple y la cultura. Y también el sector propio, los artistas e intérpretes, que han visto luz al final del túnel.
El turno de entidades y festivales
El Maresme es tierra de festivales, sobre todo cuando hace calor. En un año que en muchos aspectos era un 'año 1 después de Covid', la comarca ha visto desde el fenómeno de masas del Canet Rock a la consolidación a Mataró del Festival Nosotros del Ayuntamiento y Clack o las primeras evidencias que la Prisión puede ser un espacio excelente de la mano del Panòptic o el Galaxy Network Exhibition Fall 2021. También el festival '2 Tercios' se ha estrenado para reivindicar el espacio agrario de la ciudad de Mataró o los diferentes municipios locales se han abrazado a sus respectivos emblemas y apuestas por brandar la idea que, con responsabilidad, la cultura además de necesaria también puede se segura.
LA FIRMA: Recuperación incompleta
Elisenda Triadó
Miembro del Festival Panòptic
El sector cultural tuvo pérdidas del 70 % en recaudación y asistencia el 2020 (SGAE; CUENCA). Aquellas actividades que requieren presencialidad -artes escénicas, música en vivo y salas de cine- fueron las más perjudicadas. Hay que esperar, todavía, los datos de recuperación de 2021.
Durante estos dos años la reinvención del sector ha sido constante: actividad online, reserva de entradas anticipadas, cambios de aforo, actas reprogramados, protocolos de entrada… todo acompañado del reclamo #culturasegura. En este tiempo hemos descubierto que, en algunos casos, la experiencia digital no podrá sustituir nunca la física; que, si no puedes usar unas entradas gratuitas, mejor cancelar y que alguien otro lo pueda disfrutar; pero también que sin alguien al asiento del ante la película se ve mejor (los bajitos lo echaremos de menos). [banner-AMP_5]
Aún así, la grande perjudicada del sector es la cultura popular y de base. Si son las bases sólidas las que permiten aguantar una gran estructura, esperamos que la cultura de proximidad -también la más precaria-, sea capaz de recuperarse del impacto de la pandemia: asociaciones, espacios autogestionados, pequeños festivales o librerías, bares con música en directo, centros sociales, etc. Sin este tejido, el sector cultural tambalea. [banner-AMP_6]
La cultura popular no puede concebirse digitalmente y le ha costado adaptarse a la idea de "aforo". Su naturaleza es la espontaneidad, la acumulación de personas y saltarse las normas; conceptos poco de moda en tiempo de Covid. Las Santas 2021 no pudieron ser ninguno de estas tres cosas, pero sí que fueron un espacio de reencontrada. Sí a hacer Fiesta Mayor siempre, a pesar de las circunstancias, pero con la prometida que podamos volver a disfrutarla caóticamente. [banner-AMP_7]
El 2022 será un año de recuperación, un estado al que tristemente ya se ha acostumbrado el sector cultural, con la necesaria ayuda de las instituciones. Esperamos que sea una recuperación económica pero también de forma, para volver a vivir caóticamente festivales, museos, plateas y todo el que nos hace encontrarnos.