Siete años ha tardado el CE Mataró al celebrar una asamblea de socios. La idea de convertirse en Sociedad Anónima Deportiva fue una "moda" de la época entre los equipos que aspiraban a muchas más cosas de las que habían. Esto provocó que los socios perdieran fuerza ante los accionistas, hecho que se ha recuperado con la nueva junta directiva encabezada por Albert Gibert. A la asamblea se trató un tema polémico, los 150.000 eurps que el club tiene que pagar a una empresa de Paco Gonzalo -ex presidente de la entidad y propietario de la antigua SAE- durante trece temporadas. A pesar de la fórmula de pagar a una empresa, el beneficiario acaba siendo Gonzalo, que a cambio cede elementos imprescindibles como los derechos federativos del club. Un mal menor si a cambio se consigue la tanto soñada normalidad que impera desde hace meses dentro del club. Los socios que asistieron a la asamblea, quizás pocos pero más de los que se podían prever, dieron por bono el acuerdo y también el presupuesto de la entidad, destinado principalmente al fútbol base. La gente, además, quiso agraïr el papel de Marcial Serrano y Jordi Pino, dos figuras vitales para tener el CE Mataró vive hoy en día. Todo va volver a la normalidad con y la gente dio un voto de confianza importante a la junta directiva aprobando por unanimidad todos los puntos que se presentaron. El CE Mataró está a Segunda Catalana, lejos de dónde por historia tendría que estar, y tiene una pequeña hipoteca de trece temporadas entre otros elementos que hay que seguir trabajando. Pero todo esto forma parte del presente de la entidad y se puede ver como inversión a largo plazo para recuperar el lugar que le corresponde al club. Con normalidad. Y con gente normal al frente.