Hace muchos años que no se pone Semproniana a ninguna chica de Mataró, de Julianes hay más, ha reconocido el alcalde, Joan Antoni Baron, sólo empezar la recepción oficial que la ciudad hace desde el año pasado a todas las Julianes y Sempronianes. Baron ha felicitado las asistentes dejando claro que la fiesta cambiante pero recordamos que celebramos la fiesta de las santas Juliana y Semproniana y ha querido parar atención al hecho que tenemos estas patronas por voluntad popular, puesto que su elección se hizo a través de un referéndum.
En total, 30 Julianes y tres Sempronianes han ido hasta el ayuntamiento. En proporción, pero, la participación de las Sempronianes pasaba la mano por la cara a la de las Julianes: de las tres que hay en la ciudad, todas han asistido a la recepción, mientras que de Julianes no había ni la mitad (de censadas hay 78), a pesar de ser un nombre vivo, en palabras de Baron de Semproniana no se puede decir el mismo-.
Precisamente, desde que el ayuntamiento envió las invitaciones a las Julianes y Sempronianes de la ciudad hasta la recepción de este jueves ha nacido una Juliana en Mataró. Es Juliana Torné, nacida el pasado 22 de mayo. Nos gustan mucho Las Santas, pero Semproniana lo encontrábamos un nombre un poco... diferente, ha explicado su padre, en Mauricio, para justificar el nombre.
Al otro lado de la balanza, hay la más grande, Juliana Valls, de 87 años: Siendo de Mataró, sí que me gusta el nombre; si fuera de otro lugar, quizás no, pero al ser las patronas hace ilusión. Vaya, que si me hubieran puesto Semproniana, también me gustaría, dice. Su tieta y una bisabuela ya se decían Juliana, pero es un nombre que a su familia no ha tenido continuidad: mi hijo quería poner Juliana a su hija, pero ha tenido dos chicos.
Un nombre único
El caso más curioso es el de Juliana Semproniana Esquerra, probablemente la única persona en todo el mundo con este nombre. A pesar de traer el nombre de las dos patronas, a la hora de hacer el recuento se la considera Juliana, que es como lo han conocido toda la vida. Ahora digo los dos nombres, pero antes Semproniana no me gustaba y la gente de siempre que me dice Juliana, explica y cree que el hecho de tener nombres poco comunes tiene una ventaja, que es que siempre me han dicho por el nombre, nunca por el apellido.
Quien no estaba tan contenta con su nombre era Semproniana Roy, que ni siquiera se hace decir por su nombre. Me dicen Montserrat, no lo sabe nadie que me llamo Semproniana y se queja que el suyo es un nombre que no tiene ningún diminutiu. Un hecho que niega Semproniana Bonany: las amistades me dicen Sempru. Bonany, que nació en la calle de en Pujol, donde hay la capilla de las Santas, lamenta que el suyo es un nombre poco vive: ahora tendré otra bisnieta y tampoco le pondrán Semproniana. La tercera Semproniana local es Semproniana Sans, que se siendo muy orgullosa de su nombre: sólo somos tres, es un honor.
Las Julianes y Sempronianes mayores de edad han recibido como obsequio un ejemplar del libro Días de Santas, Santas por la noche, de la fotoperiodista mataronina Marga Cruz, y las más pequeñas el libro-cd Las Santas, con letra y música, del colectivo ...y 15!.
En total, 30 Julianes y tres Sempronianes han ido hasta el ayuntamiento. En proporción, pero, la participación de las Sempronianes pasaba la mano por la cara a la de las Julianes: de las tres que hay en la ciudad, todas han asistido a la recepción, mientras que de Julianes no había ni la mitad (de censadas hay 78), a pesar de ser un nombre vivo, en palabras de Baron de Semproniana no se puede decir el mismo-.
Precisamente, desde que el ayuntamiento envió las invitaciones a las Julianes y Sempronianes de la ciudad hasta la recepción de este jueves ha nacido una Juliana en Mataró. Es Juliana Torné, nacida el pasado 22 de mayo. Nos gustan mucho Las Santas, pero Semproniana lo encontrábamos un nombre un poco... diferente, ha explicado su padre, en Mauricio, para justificar el nombre.
Al otro lado de la balanza, hay la más grande, Juliana Valls, de 87 años: Siendo de Mataró, sí que me gusta el nombre; si fuera de otro lugar, quizás no, pero al ser las patronas hace ilusión. Vaya, que si me hubieran puesto Semproniana, también me gustaría, dice. Su tieta y una bisabuela ya se decían Juliana, pero es un nombre que a su familia no ha tenido continuidad: mi hijo quería poner Juliana a su hija, pero ha tenido dos chicos.
Un nombre único
El caso más curioso es el de Juliana Semproniana Esquerra, probablemente la única persona en todo el mundo con este nombre. A pesar de traer el nombre de las dos patronas, a la hora de hacer el recuento se la considera Juliana, que es como lo han conocido toda la vida. Ahora digo los dos nombres, pero antes Semproniana no me gustaba y la gente de siempre que me dice Juliana, explica y cree que el hecho de tener nombres poco comunes tiene una ventaja, que es que siempre me han dicho por el nombre, nunca por el apellido.
Quien no estaba tan contenta con su nombre era Semproniana Roy, que ni siquiera se hace decir por su nombre. Me dicen Montserrat, no lo sabe nadie que me llamo Semproniana y se queja que el suyo es un nombre que no tiene ningún diminutiu. Un hecho que niega Semproniana Bonany: las amistades me dicen Sempru. Bonany, que nació en la calle de en Pujol, donde hay la capilla de las Santas, lamenta que el suyo es un nombre poco vive: ahora tendré otra bisnieta y tampoco le pondrán Semproniana. La tercera Semproniana local es Semproniana Sans, que se siendo muy orgullosa de su nombre: sólo somos tres, es un honor.
Las Julianes y Sempronianes mayores de edad han recibido como obsequio un ejemplar del libro Días de Santas, Santas por la noche, de la fotoperiodista mataronina Marga Cruz, y las más pequeñas el libro-cd Las Santas, con letra y música, del colectivo ...y 15!.