"Antiguamente el proceso de elaboración del café era muy lento. Prácticamente lo hacíamos de manera manual, hirviendo el agua, col·lant- el café y sirviendo las tazas una por una. También hacíamos maltes –una bebida menos excitando que el café- y recuerdo que los vecinos nos venían a buscar los petricons de litro que veníamos por una ventanilla que daba el acceso directo a la calle". Son palabras de la Pepita Cubí quién ha regentado el negocio durante 54 años. "Empecé a servir cuando tenía 19! El día 14 de febrero del 2008 haré 73. Zoco bisabuela de dos niños y un tercero en camino y ya nos ha llegado la hora de plegar".
Con el corazón compungit, la Pepita se despide ahora de las cuatro paredes que lo han visto crecer y hacerse adulta, uno de los cafés más antiguos de Mataró situado en la calle Santo Joaquim, al centro de la ciudad. El año 1954 la familia Cubí Arnau, los padres de la Pepita, se hicieron cargo pero tal y como ella recuerda "entonces ya hacía más de treinta años que funcionaba. No sabemos exactamente la fecha en que se fundó pero hace más de cien años seguro", afirma. El Café Popular empezó como bodegueta a principios del siglo XX para pasar a ser un café en 20. Todo y su nombre oficial, muchos lo conocen como "Los Toreros" probablemente, según apunta la Pepita "porque se iban a cambiar los toreros que tenían que actuar en una antigua plaza de toros que había a Mataró".
Un espacio por la gente mayor
La Pepita, junto con su marido, Antonio Górriz y más adelante su hijo, Antonio Górriz Cubí han convertido el negocio en un punto de encuentro vecinal, con un ambiente familiar y acogedor. "En un inicio, cuando no había centros de día para la gente mayor, como existen hoy, las familias nos traían los abuelos por la mañana y los venían a buscar cuando volvían de trabajar de la fábrica. Aquí los ancianos organizaban partidas de dominó, conversaban y pasaban el rato. Siempre se han encontrado muy a gusto", afirma la Pepita.
Los Górriz Cubí han presenciado la transformación del Café Popular. Ellos compraron la primera cafetera expreso, renovaron el mostrador y compararon esta inmensa pantalla de televisión que aglutina hoy los forofos del Barça del barrio, que se reúnen para ver los partidos. Además del fútbol otra de las aficiones que ha reunido vecinos de todas partes es el dominó. "El rey del café ha sido el dominó", afirma la Pepita. "El nuestro ha sido un bar para pasárselo bien! Para llamar, para desfogarse, para picar algo..a pesar de que la cocina nunca ha sido nuestro fuerte", dice ella. De comer el café ha hecho pocos. Según los propietarios se han elaborado algunos platos cocinados y bocadillos para almorzar pero nada más. A pesar de que normalmente ha abierto toda la jornada hoy abre sólo por las tardes: de las tres del mediodía hasta las diez del anochecer, siempre y cuando no haya partido de fútbol.
"Me sabe mal tener que cerrar pero no tenemos otro remedio, nos hemos hecho grandes!. Todavía no sabemos cuál será el futuro del local dependerá de la voluntad del propietario del edificio", dice la Pepita, que se lleva un muy buen recuerdo de los momentos vividos al negocio. "Hemos presenciado historias de todo tipo. Ha habido momentos difíciles pero el balance global es muy positivo. A pesar de que compungits decimos adiós con una sonrisa a los labios".
Con el corazón compungit, la Pepita se despide ahora de las cuatro paredes que lo han visto crecer y hacerse adulta, uno de los cafés más antiguos de Mataró situado en la calle Santo Joaquim, al centro de la ciudad. El año 1954 la familia Cubí Arnau, los padres de la Pepita, se hicieron cargo pero tal y como ella recuerda "entonces ya hacía más de treinta años que funcionaba. No sabemos exactamente la fecha en que se fundó pero hace más de cien años seguro", afirma. El Café Popular empezó como bodegueta a principios del siglo XX para pasar a ser un café en 20. Todo y su nombre oficial, muchos lo conocen como "Los Toreros" probablemente, según apunta la Pepita "porque se iban a cambiar los toreros que tenían que actuar en una antigua plaza de toros que había a Mataró".
Un espacio por la gente mayor
La Pepita, junto con su marido, Antonio Górriz y más adelante su hijo, Antonio Górriz Cubí han convertido el negocio en un punto de encuentro vecinal, con un ambiente familiar y acogedor. "En un inicio, cuando no había centros de día para la gente mayor, como existen hoy, las familias nos traían los abuelos por la mañana y los venían a buscar cuando volvían de trabajar de la fábrica. Aquí los ancianos organizaban partidas de dominó, conversaban y pasaban el rato. Siempre se han encontrado muy a gusto", afirma la Pepita.
Los Górriz Cubí han presenciado la transformación del Café Popular. Ellos compraron la primera cafetera expreso, renovaron el mostrador y compararon esta inmensa pantalla de televisión que aglutina hoy los forofos del Barça del barrio, que se reúnen para ver los partidos. Además del fútbol otra de las aficiones que ha reunido vecinos de todas partes es el dominó. "El rey del café ha sido el dominó", afirma la Pepita. "El nuestro ha sido un bar para pasárselo bien! Para llamar, para desfogarse, para picar algo..a pesar de que la cocina nunca ha sido nuestro fuerte", dice ella. De comer el café ha hecho pocos. Según los propietarios se han elaborado algunos platos cocinados y bocadillos para almorzar pero nada más. A pesar de que normalmente ha abierto toda la jornada hoy abre sólo por las tardes: de las tres del mediodía hasta las diez del anochecer, siempre y cuando no haya partido de fútbol.
"Me sabe mal tener que cerrar pero no tenemos otro remedio, nos hemos hecho grandes!. Todavía no sabemos cuál será el futuro del local dependerá de la voluntad del propietario del edificio", dice la Pepita, que se lleva un muy buen recuerdo de los momentos vividos al negocio. "Hemos presenciado historias de todo tipo. Ha habido momentos difíciles pero el balance global es muy positivo. A pesar de que compungits decimos adiós con una sonrisa a los labios".