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Xavier Amat

Comarca a dos velocidades

Los municipios de mar están muy conectados en tren pero desplazarse entre dos villas o pueblos del interior del Maresme es otra historia

Carecen cinco minutos para ¾ de 11 de la mañana, y el buzo que viene de Canyamars se para a la parada de Dosrius para ir en dirección a Mataró. "Son muy puntuales, de esto no nos podemos quejar", explica una pasajera que se ensarta por las escaleras del vehículo en esta parada, Emilia Salguero. No tiene carné de conducir ni ninguna intención de sacárselo, y se desplaza a menudo en la capital del Maresme por motivos familiares. "Acostumbra a ir bastante lleno, pero nos acabamos conociendo todos y aprovechamos el viaje para conversar, o a veces para leer", dice. Según datos de la Dirección general del Transporte y Movilidad, durante el año pasado (hasta noviembre) se contabilizaron 8.804 pasajes en este trayecto. Antonio Verde lo hace cada día. Trae una muleta y va a Mataró para las sesiones de rehabilitación. No se muestra muy contento del servicio: "Para una persona con dificultades de movilidad, subir en estos autobuses resulta complicado, y a veces vienen algunos de destartalados, del año de la picó", explica mientras el vehículo se para en Argentona.

Desde el Consejo Comarcal del Maresme, su presidente, Josep Yo, también alcalde de Dosrius, habla de las dificultades de unir los pueblos de interior de la comarca: "Se están haciendo adelantos importantes. Recuerdo que hace diez años había tres expediciones de Dosrius en Mataró, y ahora hay una docena. Pero el transporte público es de por sí deficitario, y el dinero público es limitado y se llega donde se puede. El que no se cubre con los tickets vendidos lo aporta la Generalitat y, en algunos casos, los ayuntamientos, y seria del todo injustificable mantener líneas en que en los trayectos fueran uno o dos pasajeros. En esta comarca se hizo un urbanismo insostenible a partir de los años 60 del siglo pasado, y cuando se va a vivir a según qué urbanización hay que entender que el transporte público no te llegará a la puerta de casa", considera. Albert Gragera es el representante en el Maresme de la Asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP), y se muestra bastante crítico: "El autobús es el grande marginado de la comarca. Su flexibilidad como modo de transporte ha resultado su perdición. Las conexiones intermunicipals han sufrido una planificación muy desacertada, donde sólo se ha tenido en cuenta la cobertura del territorio, llegar a todos los núcleos, pero no el servicio que se está ofreciendo. Las líneas de autobús actuales tienen unas frecuencias de paso realmente ridículas y unos tiempos de viaje enormemente largos, cosa que hace que no resulten en ningún caso una alternativa competitiva y queden relegados sólo a servicios para usuarios cautivos, que no tienen ninguna otra alternativa de transporte", opina. Uno de estos "usuarios cautivos" puede ser Nani Fernández, una joven que desde hace un par de años hasta cuatro veces al día toma los buses que unen Dosrius y Mataró: "El más importante es que no se te escape, porque, si no, puede ser que te tengas que esperar una hora y media... Ahora me estoy sacando el carné de conducir, y cuando lo tenga iré en coche, porque con el autobús se pierde mucho tiempo", sentencia.

Llegar siempre al tren
Después de algunas paradas en Mataró, el buzo llega a la plaza de Miquel Biada, ante la estación de tren, a ¼ de 12. Hay que cruzar la pacificada carretera y esperar a que pase el tren hacia Arenys de Mar, a la cabeza de un cuarto temprano. Es esta casi siempre la única manera para desplazarse entre dos municipios de interior: bajar hasta la línea de la costa, subir al tren, ir hasta otro municipio de la costa, y adentrarse de nuevo hacia el interior. Llegados a Arenys de Mar, el minibús en Arenys de Munt no tarda ni un minuto al aparecer. "Las empresas intentan coordinar que cuadren los horarios, y las llegadas y salidas de tren acostumbran a ser la referencia. Pero esto no siempre funciona, ya sea porque se atrasa el tren o porque el autobús se ha encontrado con alguna incidencia", comenta el presidente del Consejo Comarcal. El vehículo es muy pequeño y va pleno a rebosar, con pasajeros derechos. Parece esta una línea muy utilizada, y lo confirman los datos: a lo largo de todo el año pasado subieron 254.108 viajeros. " tendría que haber más, de buses", dice Elvira Ortiz, que se considera una "gran defensora del uso del transporte público, pero precisamente por eso quiero que mejore. Por ejemplo, de trenes entre Mataró y Barcelona salen cada momento, pero de Mataró hacia el norte es muy diferente, y a partir de las 8 del anochecer no sé qué pasa que siempre van con retraso". Habla con conocimiento de causa, puesto que vive en Arenys de Munt y trabaja en Badalona, y se desplaza cada día con buzo y tren.
A las 12 en punto el autobús llega a Arenys de Munt, fin del trayecto previsto. En total, una hora y veinte minutos desde el momento de la salida; en coche se puede ir de un municipio al otro en menos de media hora. Sin duda, un mal negocio si se mira sólo desde el punto de vista temporal, aunque se puede intentar equilibrar la balanza pensante en el coste económico que ha tenido esta opción de desplazamiento, el bien el medio ambiente, o que durante el trayecto, a diferencia de si se conduce, se puede hacer una cabezada, leer o badar mirando el paisaje. Josep Yo se muestra optimista de cara al futuro: "Las administraciones son, hoy en día, muy conscientes de la importancia del transporte público, y ya hay sobre la mesa grandes proyectos para los próximos años, como el tren orbital, que acercará este medio de transporte a municipios que hoy no tienen, o el desplazamiento de la línea de tren de la costa por el interior de las ciudades, que hará que las estaciones sean más cercanas a muchos más habitantes". Para la PTP hay que ir más lejos para qué más personas opten por el transporte público o hagan un uso más sostenible del vehículo privado: "La solución de la movilidad en el Maresme es la gestión eficiente de las infraestructuras actuales y realizar las inversiones estratégicas oportunas. Hay que optar para motivar decisiones eficientes a los usuarios por medio de tarifas variables según el momento del día y situación de congestión, así como premiar los vehículos de alta ocupación y bajas emisiones con descuentos que sean una motivación", propone Albert Gragera.

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