Ya lo dije yo: "Domingo será una noche emocionante". Y lo fue. EmoCiUnant. La historia ya la sabíamos. había una vez, unos socialistas felices que proclamaban la victoria. A la hora de la verdad, pero, perdieron por escaños. Y los socialistas infelices gimotearon que habían sacado más votos. Ve qué tenían que decir! Título de la película: 'Pesadilla antes de Navidad'. El hecho es que esta segunda entrega, los guionistas se han superado.
Un 'thriller' político de altos vuelos. A medida que avanzaba la noche, se ajustaban los resultados. Tanto y tanto que al final el único que está virtualmente en el Gobierno es el tercero en juego, ERC. Y serán ellos quien dejen entrar los unos o los otros. Un papel difícil. Traición progresista o traición nacionalista.
En la sede del PSC, no hacía falta no hacía falta seguir el escrutinio. había suficiente con el contraplà: leyendo las caras de los asistentes. Sonrisas confiadas, cuando casi todas las encuestas los daban la victoria. Grandes carcajadas, cuando CiU sacó un sondeo propio que giraba la tortilla. Estupefacción, cuando la tortilla giró. Los compañeros de la prensa gráfica se hinchaban a captar estos rostros. Sudor, miradas al bies, esbufecs, labios mordidos. Un silencio que se podía remover con cuchara.
Radios, teles y agencias –narradores en directo de este relato de intriga– hervían de tensión. Entonces estallaron los aplausos. De entre la multitud, surgía una cabecita blanca! La ovación era más de consuelo que de alegría, pero en Maragall no lo entendió así. Proclamó solemnemente el triunfo del cambio, el triunfo de las izquierdas.
El caso es que todavía está para decidir de qué lado cae el Gobierno. Aquí la gracia. No puedo cerrar el diario con un "The end", sino con un "Tono be continued...".
Un 'thriller' político de altos vuelos. A medida que avanzaba la noche, se ajustaban los resultados. Tanto y tanto que al final el único que está virtualmente en el Gobierno es el tercero en juego, ERC. Y serán ellos quien dejen entrar los unos o los otros. Un papel difícil. Traición progresista o traición nacionalista.
En la sede del PSC, no hacía falta no hacía falta seguir el escrutinio. había suficiente con el contraplà: leyendo las caras de los asistentes. Sonrisas confiadas, cuando casi todas las encuestas los daban la victoria. Grandes carcajadas, cuando CiU sacó un sondeo propio que giraba la tortilla. Estupefacción, cuando la tortilla giró. Los compañeros de la prensa gráfica se hinchaban a captar estos rostros. Sudor, miradas al bies, esbufecs, labios mordidos. Un silencio que se podía remover con cuchara.
Radios, teles y agencias –narradores en directo de este relato de intriga– hervían de tensión. Entonces estallaron los aplausos. De entre la multitud, surgía una cabecita blanca! La ovación era más de consuelo que de alegría, pero en Maragall no lo entendió así. Proclamó solemnemente el triunfo del cambio, el triunfo de las izquierdas.
El caso es que todavía está para decidir de qué lado cae el Gobierno. Aquí la gracia. No puedo cerrar el diario con un "The end", sino con un "Tono be continued...".