Entre marzo, abril y mayo se trataron en Cataluña 3.982,27 toneladas de residuos provenientes de centros médicos, hospitalarios y otros como hoteles medicalitzats. Parte de ellas fueron tratadas a la planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos de Mataró, algo que ha generado críticas de entidades ecologistas del territorio. Esta cifra supone un 20% más de residuos sanitarios de los que se generan en un año entero, según ha informado el Departamento de Territorio y Sostenibilidad, causa de las necesidades generadas porla epidemia de coronavirus.
El abril, en pleno pico de la pandemia de la Covid-19, se generaron 1.776,47 toneladas de residuos sanitarios, mientras que en mayo fueron 1.190,68, un 33% menos. Territorio y Sostenibilidad ha afirmado que los procesos de autoclave y de valorización energética han permitido absorber la demanda excepcional "y en ningún momento el sistema de gestión de residuos sanitarios se ha saturado".
Durante mayo, 395,39 toneladas las han tratado las emprendidas gestoras autorizadas con un procedimiento conocido como autoclave, a través del cual los residuos se someten a unas condiciones de temperatura y presión suficientes para provocar su esterilización mediante la inyección de vapor de agua. Las plantas autorizadas para hacerlo han sido Cespa en Sant Fost de Campsentelles (Vallès Oriental), Consenur en Constantí (Tarragonès) y TMA en Terrassa (Vallès Occidental).
El tratamiento a la planta de Mataró
El resto, 795,29 toneladas, se han tratado a determinadas plantas de valorización energética de residuos municipales, como la de Mataró (Maresme), la de Sirusa en Tarragona (Tarragonès) o la de Tersa en Sant Adrià de Besòs (Barcelonès). En este caso, eran residuos considerados de bajo riesgo, como batas o mascaretes, gestionados según los criterios del Ministerio de Sanidad. En Mataró, en tres semanas se llegaron a quemar 650 toneladas de mascaretes, batas y sombreros provenientes de 30 hospitales del país.
La entidad Tierra Verde denunció que el tratamiento de material infeccioso sanitario en Mataró podía crear contaminantes orgánicos persistentes que tienen "una alta toxicidad" para los seres vivos.