La Pobla de Lillet, y en general el alta cuenca del Llobregat, es una zona con ricos recursos naturales que permiten un desarrollo turístico que está aconteciendo una alternativa a la economía basada en la minería, la industria, la agricultura y la ganadería. En este recorrido, se hace un itinerario insólito que, partiendo de Guardiola de Berguedà, pasa por la Pobla de Lillet, el santuario de Falgars y llega al mirador del Roc de la Luna.
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El primero que hay que ir a visitar es Guardiola de Berguedà, situada al pie de la carretera C-16 entre Berga y el túnel del Cadí, en la confluencia de los ríos Llobregat y Bastareny. Encima de un grande roquer, se encuentra el principal monumento de la villa: el monasterio benedictí de Sant Llorenç cerca Bagà. Después de visitar el pueblo, se coge a levante la carretera B-402 hacia la Pobla de Lillet.
Al km 6, se contempla a mano izquierda (N) la iglesia de Santa Cecília de Riutort, ermita románica de una sola nave situada sobre un pequeño cerro. La carretera sigue el curso del río Llobregat y bordea los riscos de los Banyadors, que separan Santo Julià de Cerdanyola del valle de Lillet.
Poco después, se llega a la Pobla de Lillet, pueblo situado a la confluencia de la Arija y el torrente del Regatell con el Llobregat. Dentro de la villa, hay que visitar el monumento dedicado a Eusebi Güell, en reconocimiento a su tarea de difusión y promoción de la comarca, y el puente Viejo, románico con un arco de medio punto. Pero, a pesar de que dentro del pueblo hay la iglesia parroquial de Santa Maria, las ermitas más interesantes desde el punto de vista artístico son en las afueras. 2 km a la E del centro, hay la antigua parroquia de Santa Maria de Lillet, con un claustro de cuatro arcadas a cada galería, y, sólo unos metros más lejos, se encuentra la iglesia románica de Santo Miquel, del s. XII.
En las afueras, a ponente, se coge a mediodía la pista asfaltada que lleva hasta el santuario de Falgars. Al km 18 de la ruta, se accede al santuario de la Virgen María de Falgars, situado sobre la carena que también trae su nombre. El santuario ofrece servicios de restauración y alojamiento en un entorno privilegiado. Se venera una imagen gótica de alabastro de la Virgen María. Aquí hay una área recreativa con fuente, mesa, parrillas y lavabos.
Desde la ermita, sale una pista en mal estado que trae al mirador del Roc de la Luna, ya en plena cordillera del Catllaràs, desde donde se pueden admirar unas magníficas panorámicas del Alto Berguedà (es conveniente ir con un coche todoterreno).
La pista que trae pasa por bosques de pinos, robles y hayas y, como curiosidad, hay que saber que, en lugares muy escondidos, se pueden ver ejemplares de flor de nieve, la famosa Leontopodium alpinum, el símbolo del alta montaña. Después, sólo hay que hacer media vuelta y volver a Guardiola de Berguedà
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El primero que hay que ir a visitar es Guardiola de Berguedà, situada al pie de la carretera C-16 entre Berga y el túnel del Cadí, en la confluencia de los ríos Llobregat y Bastareny. Encima de un grande roquer, se encuentra el principal monumento de la villa: el monasterio benedictí de Sant Llorenç cerca Bagà. Después de visitar el pueblo, se coge a levante la carretera B-402 hacia la Pobla de Lillet.
Al km 6, se contempla a mano izquierda (N) la iglesia de Santa Cecília de Riutort, ermita románica de una sola nave situada sobre un pequeño cerro. La carretera sigue el curso del río Llobregat y bordea los riscos de los Banyadors, que separan Santo Julià de Cerdanyola del valle de Lillet.
Poco después, se llega a la Pobla de Lillet, pueblo situado a la confluencia de la Arija y el torrente del Regatell con el Llobregat. Dentro de la villa, hay que visitar el monumento dedicado a Eusebi Güell, en reconocimiento a su tarea de difusión y promoción de la comarca, y el puente Viejo, románico con un arco de medio punto. Pero, a pesar de que dentro del pueblo hay la iglesia parroquial de Santa Maria, las ermitas más interesantes desde el punto de vista artístico son en las afueras. 2 km a la E del centro, hay la antigua parroquia de Santa Maria de Lillet, con un claustro de cuatro arcadas a cada galería, y, sólo unos metros más lejos, se encuentra la iglesia románica de Santo Miquel, del s. XII.
En las afueras, a ponente, se coge a mediodía la pista asfaltada que lleva hasta el santuario de Falgars. Al km 18 de la ruta, se accede al santuario de la Virgen María de Falgars, situado sobre la carena que también trae su nombre. El santuario ofrece servicios de restauración y alojamiento en un entorno privilegiado. Se venera una imagen gótica de alabastro de la Virgen María. Aquí hay una área recreativa con fuente, mesa, parrillas y lavabos.
Desde la ermita, sale una pista en mal estado que trae al mirador del Roc de la Luna, ya en plena cordillera del Catllaràs, desde donde se pueden admirar unas magníficas panorámicas del Alto Berguedà (es conveniente ir con un coche todoterreno).
La pista que trae pasa por bosques de pinos, robles y hayas y, como curiosidad, hay que saber que, en lugares muy escondidos, se pueden ver ejemplares de flor de nieve, la famosa Leontopodium alpinum, el símbolo del alta montaña. Después, sólo hay que hacer media vuelta y volver a Guardiola de Berguedà