Marcel Olm no sabe de quien ha podido heredar el gen de la música, puesto que a su familia no hay antecedentes. El que sí recuerda es como le despertó el interés. De muy pequeño, cuando cada domingo iba a misa y sentía tocar el órgano, conseguía trasladarse a otro mundo. Aquí empezó su camino. Olm estudió piano con la profesora Maria Canela del Conservatorio del Liceo de Barcelona, y armonía y composición con el maestro Cristóbal Taltavull, a quien recuerda con un aprecio especial. "Taltavull me abrió perspectiva, no me marcó pautas ni me cortó las alas, sino que simplemente me marcó el trazo en el cual yo me tenía que desarrollar", apunta.
Marcel Olm tampoco olvida lamemòria de la pianista Conxita Delgado, quién fue la primera al interpretar en público algunas de sus composiciones.. Olm ha vivido la música de forma incansable y lo continúa haciendo a la actualidad, cuando ya tiene 85 años y un total de 115 obras compuestas. Ha actuado dentro y fuera del país, sus piezas las han interpretado artistas de renombre internacional y su música ha recibido las mejores críticas. Es un grande de la música pero, como él dice, "con los pies a tierra". Y todavía ahora afirma: "Continúo estando en forma y tengo una necesidad innata de escribir y ponerme cada día al piano".
Cómo ha sido su forma de trabajar a lo largo de los años?
A pesar de la formación e influencias de grandes maestros, con la composición siempre me he considerado muy autodidacto. El hecho de no tener que vivir de la música, una cosa muy difícil por los músicos actuales, me ha dado libertad de acción para ir encontrando yo mismo mi manera de trabajar. He podido escribir la música que a mí me ha parecido, la mía, y no he tenido que hacer concesiones.
Ya ha superado el centenar de obras...
Sí, un amplio abanico de piezas para piano, piano y voz, violonchelo, violín, clarinete, corazón y algún trabajo para orquesta y voz. Para mí es un orgullo que muchos músicos de renombre internacional hayan interpretado mis piezas e incluso algunos se hayan cuidado de grabarlas, publicarlas y poner a mi nombre junto a los grandes.
Y que cree que tiene su música?
A través de mi música intento expresar de forma directa el que siento con el corazón. Todo lo saco de mi mundo interior, mis sensaciones, angustias y estados de ánimo. Y esto es el que intento que llegue a la gente. Mi trabajo, cuando lo doy por acabado, tiene que estar de acuerdo conmigo mismo, sin concesiones. Los científicos de la música dicen que el compositor tiene que dar testigo de la época que ha vivido, pero yo dique que doy testigo de mí mismo, mi personalidad y manera de ser.
Qué ha sido la etapa más gratificante de su trayectoria?
La última. Los últimos años encuentro más reconocimiento y apoyo en mi tarea, y esto consigue estimularme a trabajar. Tampoco puedo olvidar los 50 años que trabajé haciendo recitales con la gran soprano mataronina Pilar Adan. Actuamos en Cataluña, Madrid, París, Ginebra, Berna, Munich...
Este noviembre la SGAE ha homenajeado su carrera, lo esperaba?
Cuando me lo comunicaron, no me lo creía. No sé si me lo merezco o no, pero es verdad que he trabajado mucho y todavía tengo fuerzas para continuar. Yo a mi vida no he vivido de la música, pero sí que he vivido por la música.