Deliciosamente increíble

Vuelve el espía Ethan Hunt con el rostro de Tom Cruise y aventuras cada vez más descabellades, en una nueva entrega de la serie Mision: Imposible. En esta ocasión, es Brad Bird quién recoge el testigo de cineastas como Brian de Palma, John Woo y J.J.Abrams, en su primera película con personajes reales. El responsable de grandes éxitos de la animación reciente como Ratatouille o Los increíbles ha sabido trasladar a un film de acción "adulto" la capacidad que demostró para crear acción con la animación digital de la Mear. Bird aporta también unas interesantes y necesarias dosis de humor e incluso de sana autoparòdia, que se agradecen en una película protagonizada por Tom Cruise, que siempre ha sufrido una cierta tendencia a tomarse demasiado seriamente a sí mismo. Como contrapunto, la acertada elección de Simon Pegg como comparsa cómica de la estrella y unas secuencias de acción tan increíbles como trepidantes. Es en esta exageración tan muy calculada donde el cuarto episodio de Mision : Imposible consigue ganar puntos, consolidándose como un interesante producto de consumo instantáneo de entretenimiento. Y precisamente cuando la película deja de ser deliciosamente increíble para caer en el sentimentalismo innecesario –posiblemente por exigencias del también productor Tom Cruise- cuando el film logra su punto más bajo. El punto álgido coincide con la escena a las alturas de los rascacielos de Dubai, uno de aquellos momentos que nos reconcilian con el puro cine espectáculo.

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