Cuando cuestionas el que denominamos democracia te dicen que eres un fascista, pero de fascistas el mundo es lleno desde la creación de la especie humana, y antes de la política incluso: algunas veces, además, disfrazados de demócratas, otros abiertamente, sin manías. Pero más allá de la política el que hay es un posicionamiento antropológico: el fuerte se come al débil, se disfrace como se quiera, al levantarnos cada mañana uno se cruspeix al otro y esto ha condicionado la existencia humana, como animales que somos, desde los orígenes.
En algún rincón del Cosmos, pero, existe una ernergia que se escapa de los controles y que dentro de nosotros hace que de vez en cuando haya algún sentimiento bueno. Algunos lo denominan Dios y otros no le encuentran nombre, pero ha permitido que el mundo avance, que haya derechos, que de vez en cuando alguna acción de bondad permita la construcción de un en torno col•lectivo mejor, más utópico.
El depredador del siglo XXI sólo se diferencia de los otros tiempos en el hecho que dispone de mecanismos tecnológicos que le permiten realizar su tarea con una mejor eficacia. La tecnología, pues, ha aumentado la eficiencia en la depredación, pero todo ello siempre reproduce el mismo: una escena de la prehistoria: cuando el simpático conejo de pelos y tacto agradable es devorado cruelmente por el lobo a quien las tripas gañen de hambre.
En algún rincón del Cosmos, pero, existe una ernergia que se escapa de los controles y que dentro de nosotros hace que de vez en cuando haya algún sentimiento bueno. Algunos lo denominan Dios y otros no le encuentran nombre, pero ha permitido que el mundo avance, que haya derechos, que de vez en cuando alguna acción de bondad permita la construcción de un en torno col•lectivo mejor, más utópico.
El depredador del siglo XXI sólo se diferencia de los otros tiempos en el hecho que dispone de mecanismos tecnológicos que le permiten realizar su tarea con una mejor eficacia. La tecnología, pues, ha aumentado la eficiencia en la depredación, pero todo ello siempre reproduce el mismo: una escena de la prehistoria: cuando el simpático conejo de pelos y tacto agradable es devorado cruelmente por el lobo a quien las tripas gañen de hambre.