La Policía detuvo el pasado lunes, día 6 de junio, en una urbanización de Sant Pere de Ribes (Garraf) dos hombres de nacionalidad brasileña acusados de cometer tres atracos y una acción de tentativa a entidades bancarias de Cataluña y Valencia, entre ellas la oficina de Caixa Catalunya situada al Camino real, 156 de Matar, de donde se llevaron el pasado 27 de mayo un botín de 50.000 euros. Los detenidos, Gustavo B.D. y Luis Enrique da C.N., los dos de 39 años, a pesar de no tener antecedentes policiales, han sido calificados de muy peligrosos.
La detención de estos delincuentes, organizada conjuntamente por los Grupos de Atracos de las Jefaturas Superiores de Policía de Cataluña y de Valencia, se produjo en una vivienda de la Urbanización Los Garrofers de Sant Pere de Ribes donde los fueran incautats dos turismos, una motocicleta, cascos, pasamontañas, un "buff" y una gorra, brides de plástico, diversa documentación, un mapa de Barcelona con anotaciones y 5.810 euros en metálico.
Según la policía, los atracadores en la mayoría de establecimiento seguían el mismo modus operandis: esperaban para cometer sus atracos a las 14.30 horas o a las 20.00 horas, cuando los bancos se encuentran ya cerrados en los clientes y la caja fuerte está abierta. En algunos casos con mazas rompían las cristaleras de la parte posterior de la sucursal, accedían en el interior de la misma e intimidaban con una pistola los empleados que estuvieran dentro de obteniendo grandes botines.
La detención de estos delincuentes, organizada conjuntamente por los Grupos de Atracos de las Jefaturas Superiores de Policía de Cataluña y de Valencia, se produjo en una vivienda de la Urbanización Los Garrofers de Sant Pere de Ribes donde los fueran incautats dos turismos, una motocicleta, cascos, pasamontañas, un "buff" y una gorra, brides de plástico, diversa documentación, un mapa de Barcelona con anotaciones y 5.810 euros en metálico.
Según la policía, los atracadores en la mayoría de establecimiento seguían el mismo modus operandis: esperaban para cometer sus atracos a las 14.30 horas o a las 20.00 horas, cuando los bancos se encuentran ya cerrados en los clientes y la caja fuerte está abierta. En algunos casos con mazas rompían las cristaleras de la parte posterior de la sucursal, accedían en el interior de la misma e intimidaban con una pistola los empleados que estuvieran dentro de obteniendo grandes botines.